Antonio Banderas y Pablo Alborán donan 200.000 euros para desarrollar el respirador andaluz

Lo harán bajo la figura de mecenazgo, según informa la Universidad de Málaga, para todos aquellos proyectos de este grupo relacionados con el «Andalucía Respira». «Tras diez años de colaboración, a través de la Fundación Lágrimas y Favores, para mí es una gran satisfacción poder seguir empujando por los equipos de investigación de la Universidad de Málaga, esta vez de la mano también de Pablo Alborán», ha señalado Antonio Banderas, que es doctor honoris causa por la Universidad de Málaga.

Banderas ha destacado que, en esta ocasión, «h an hecho posible un proyecto que puede salvar vidas , tanto en nuestra tierra como fuera de ella, y especialmente en muchos lugares del mundo donde obtener respiradores no iba a suponer una labor fácil». Por su parte, el rector de la Universidad de Málaga, ha expresado su gratitud «por la generosidad en el mecenazgo».

El Grupo de Investigación de Robótica Médica de la Universidad de Málaga (UMA) está liderado por el profesor Víctor Muñoz, responsable del desarrollo de ingeniería del proyecto «Andalucía Respira». El mecanismo para salvar vidas en la crisis sanitaria ya ha recibido la homologación del prototipo por parte de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios. Se espera que las primeras unidades estén listas en los próximos días .

Para su diseño se ha contado con un equipo multidisciplinar , en el que además del Grupo de Investigación de Robótica Médica del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Málaga han participado profesionales sanitarios de los hospitales Regional «Carlos Haya» de Málaga y Virgen de la Victoria, así como científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA).

«Andalucía Respira» es un nuevo dispositivo en mercado, que presenta tres ventajas frente a los respiradores tradicionales activos en los hospitales de toda España. Por un lado, se fabrica en un tiempo récord de dos horas, respondiendo así a la necesidad de proporcionar más respiradores para las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales. Se espera la fabricación de unos 50 a la semana.

También utiliza piezas industriales comunes , reduciendo el riesgo de desabastecimiento, ya que no usa las relacionadas con los respiradores tradicionales que se frabican en otros puntos de España. Por último, en su estructura no lleva componentes móviles , lo que reduce el riesgo de fallo mecánico o fatiga de materiales que puedan inhabilitarlo.