VIOLENCIA MACHISTA
Seis horas buscando al asesino de Torremolinos: «Miraron en las hamacas y hasta debajo de los toldos»
Los testigos aseguran que estaba «zombie» y que dijo a la Policía que la mujer asesinada «lo había agredido»
Paula sufrió una agresión antes de que le quitaran la vida, la contó a sus conocidos, pero no la denunció
La Policía Nacional detuvo al sospechoso la misma tarde asesinato en el paseo marítimo de la Carihuela
El cuerpo de la víctima tenía catorce puñaladas y estaba sin vida cuando llegaron los servicios sanitarios
J.J. Madueño
Torremolinos
Seis horas tardó la Policía en dar con el sospechoso de matar a su novia en Torremolinos. La huída acabó a las 17.20 horas del miércoles a unos 300 metros del 38 de la calle San Ginés, donde en la primera planta, supuestamente, había dejado el cadáver Paula ... , su novia, de 28 años. Apoyado sobre una puerta blanca de una comunidad de calle Los Perros, al lado del maniquí de una mujer con ropa playera, tratando de pasar desapercibido, con una capucha puesta para ocultarse y fumando con disimulo. Allí lo reconoció un agente de la Policía Local de Torremolinos. «Pasó con el coche y frenó de pronto. Dio marcha atrás acelerando. Se bajó y lo apuntó con la pistola para detenerlo», dice uno de los testigos.
Ahí acabó su huída, junto al supermercado de un marroquí que decía, este jueves, no haber visto nada y una mujer que, en un español con acento extranjero, aseguraba que la cafetería estaba cerrada esa tarde. No quieren hablar de lo sucedido en la puerta de sus negocios el miércoles por la tarde, cuando la Policía capturó al sospechoso.
«Estaba ido, era como un zombie», recuerda Miguel Ángel Castro, uno de los trabajadores del chiringuito La Coquina, enfrente del lugar de la detención, al otro lado de la zona de aparcamientos. «Estaba tranquilo, echado sobre la puerta blanca, fumaba de forma disimulada cuando lo reconoció el policía local», afirma Castro, quien describe al detenido como delgado y con barba. «No se parecía a las fotos que nos había enseñado la policía durante toda la mañana. En la imágenes parecía fuerte, pero estaba muy delgado», explica este cocinero.
En La Coquina vieron a la Policía buscarlo. No dieron tregua. Fuentes consultadas por ABC explican que las autoridades creían desde un principio que no había ido lejos, que no se había marchado de la Carihuela. Por eso, desde por la mañana no dejaron de pasar por los negocios de la zona con la foto del sospechoso en la mano preguntando, indagando, revisando. «Miraron en las hamacas y hasta debajo de los toldos», dice otro de los trabajadores de La Coquina.
Las batidas por la playa no paraban. La Policía Nacional y los agentes de la Policía Local con la foto del sospechoso pasaban, una y otra vez, por los negocios de las estrechas calles de este barrio de marineros Torremolinos. Nadie los había visto. «Es que no se parecía a las fotos. Cuando lo detuvieron, no era igual que en las imágenes que nos había enseñado la Policía», asegura Miguel Ángel Castro.
Finalmente, fue detenido. «Cuando lo esposaron dijo ella lo había agredido», asegura Castro, que estaba cerca del lugar. Durante las primeras horas del arresto, fuentes consultadas por ABC explican que, hasta el momento, no se ha podido hacer una reconstrucción de los hechos porque niega haber sido el autor de la muerte. «Dice que estaba viva cuando se fue», señalan esta fuentes.
Sin embargo, la investigación apunta a que la asaltó la mañana del miércoles, cuando se preparaba para ir a trabajar al chiringuito 'La Tómbola'. Allí supuestamente la apuñaló. Paula pidió auxilio por la ventana del primer piso, que estaba casi cerrada. El propietario de la vivienda y su cuñado subieron corriendo, pero el detenido no les abrió la puerta. Les dijo que estaba todo bien, que Paula se había ido a dormir.
El propietario, Víctor Molina, fue a por una llave para entrar. Su cuñado, Víctor Pérez, a por una escalera para saltar por la ventana. En el piso sólo había silencio. Esas ausencias son las que aprovechó la pareja de Paula, un italiano de más de 40 años, para escapar del lugar. La segunda pareja que presuntamente la maltrató. Ya estaba en el sistema de violencia de género registrada como víctima.
Cuando el propietario del piso entró a la vivienda se encontró a Paula apuñalada. Los servicios sanitario sólo pudieron confirmar la muerte. Ahí comenzó la huida del sospechoso, que acabó seis horas después, no muy lejos del lugar del asesinato, cuando trataba de pasar desapercibido cerca de la playa. El constan antecedentes por violencia de género con dos parejas anteriores.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete