Las patatas fritas más cofrades de Málaga: sorpresa en redes con este peculiar envoltorio

La imagen no ha pasado desapercibida para Ana Fuentes, una joven en redes sociales. «Me he quedado loca», escribe esta usuaria en su perfil de TikTok. Una reacción muy lógica para quien no es de Málaga, ya que los malagueños están muy acostumbrados a ver en los lineales de grandes superficies y comercios de barrio la cara del Cautivo en un paquete de patatas fritas.

Los comentarios no tienen desperdicio. Uno de ellos es el de Virgilio, un joven sevillano creador de contenidos de temática cofrade, que no duda en pedir un paquete: «Que alguien me las regale, por favor». Muchísimos de los comentarios preguntan dónde se pueden comprar, mientras otros afirman que «están muy buenas». Un usuario llegó a comentar que la imagen es el «pack malagueño por excelencia»: Cautivo, escudo del Málaga y los colores de la bandera de la ciudad. «Solo falta que fuesen con sabor a espeto de sardinas», remacha el comentario.

En este sentido, las patatas fritas El Cautivo están fabricadas por Patatas Millán en Campillos, aunque son originales de Ardales. Lo que hace diferente a esta marca es que posee un packaging muy característico que define la identidad y las raíces malagueñas de la empresa. Así, los colores de la bolsa son el morado y el verde, emulando la bandera de la ciudad de Málaga. En el centro, el busto del Cautivo lo abarca todo y emerge, como gran protagonista, de otro elemento muy malagueño: la silueta del escudo del Málaga CF.

El uso de iconos devocionales como reclamos comerciales de diferentes marcas no es nuevo. Que el Cautivo de Málaga protagonice el envoltorio de un paquete de patatas fritas es un ejemplo más de cómo numerosas empresas han usado a las principales devociones de diferentes zonas para promocionar sus productos.

Sin duda alguna, la Virgen de la Esperanza Macarena de Sevilla fue una de las precursoras de esta práctica. La labor de Juan Manuel Rodríguez Ojeda le confirió a la dolorosa de San Gil una personalidad propia. Así, el mítico bordador fraguó un verdadero icono de la Macarena que, ya a principios del siglo XX, recorrió el mundo entero no solo a través de estampas o recordatorios, sino que su imagen fue estampada en sacos de café, de garbanzos o latas de membrillo. Gracias a esto, la Virgen de la Esperanza Macarena se ha convertido en un icono universal. Este hecho, entre otros, ha propiciado que el papa Francisco le haya otorgado recientemente la Rosa de Oro.

Otra devoción muy presente en los supermercados es la Virgen del Carmen. Son numerosas empresas, generalmente muy locales y arraigadas a las tradiciones de sus zonas, las que usan la iconografía carmelita como nombre e imagen de sus productos. Ejemplo de ello es la miel de caña que se fabrica en Frigiliana y que debe su nombre al lugar donde se elabora, el Ingenio Nuestra Señora del Carmen.