Las mejores joyas del mundo de la Tauromaquia, en Málaga

El conjunto de unas 300 piezas de la muestra permanente en el edificio de la antigua sede del patronato de Turismo, en la céntrica plaza del Siglo de la capital, pretenden ser un recorrido didáctico más que una simple exposición de elementos taurinos. Las piezas pertenecen a la colección privada de Juan Barco, un extremeño que empezó coleccionando entradas y que a lo largo de su vida reunió 3.000 obras, muchas de ellas de gran valor histórico. La colección al completo ha sido donada a la Diputación de Málaga durante 25 años , tiempo en el que se irán renovando las piezas de la exposición.

Entre las «joyas» de este nuevo museo, que ansiaron muchas otras ciudades españolas, figuran un traje de luces diseñado por Picasso para Luis Miguel Dominguín , otro de Giorgio Armani para Cayetano Rivera, así como el vestido rosa palo y oro que lució José Tomás en su exitosa reaparición en La Malagueta en la Feria de Málaga del 2014. Entre las figuras del toreo que adornan las paredes del centro se puede contemplar un retrato de José Gómez Ortega, «Joselito el Gallo», pintado por Enrique Marín el mismo día de la muerte del torero en 1920 en la plaza de Talavera de la Reina.

La muestra arranca en la primera de las salas con los dos primeros grabados sobre la tauromaquia, de origen alemán e italiano, una figura de toro del antiguo Egipto fechada 1.000 años antes de Cristo, la chaquetilla más antigua que se conserva, del siglo XVI , o una figura central de un minotauro en bronce de Dalí. El recorrido continua con pinturas que reflejan de forma cronológica la aparición de las Reales Maestranzas y el tránsito desde el toreo a caballo y el toreo a pie.

La sala dedicada al toro como eje de la fiesta está presidida por un cartel pintado por el diestro americano John Fulton y una figura del escultor Mariano Benlliure , ademas de otras piezas de bronce. Desde este espacio se accede a otra estancia donde se exponen obras de los tres principales grabadores sobre tauromaquia: Antonio Carnicero, Francisco de Goya y Pablo Picasso . Un libro editado en el siglo XVI con grabados de distintas ciudades europeas muestra la acogida que tuvieron los toros en la capital británica en la época.

La tauromaquia se pierde en Inglaterra al mismo tiempo que se desarrolla en España gracias en gran medida a los nuevos ganaderos que perfeccionan el comportamiento del toro. Los últimos 150 años de la historia del toreo en nuestro país se reflejan a través de la evolución de los trajes, o en la cartelería taurina , con grandes litografías murales y piezas elaboradas en seda que anunciancorridas de beneficiencia en plazas americanas, son otras de las piezas de la colección.

La tercera y última planta del museo muestra la evolución de los espacios dedicados a las corridas de toros, desde los originales descampados a las afueras de las ciudades, hasta su traslado a los centros urbanos en el siglo XVIII mediante la creación de plazas construidas con tabanqueras, donde podían soltarse hasta 30 toros. Los tercios de la lidia presiden la última parte del recorrido con tres grandes piezas de cabezas disecadas de diestros legendarios como Juan Belmonte o Sebastián Miranda .