Faltan 200 agentes en grupos de investigación contra el narco en Andalucía

No hay efectivos para cerrar diligencias a tanto grupo, que ya no son sólo clanes locales, sino bandas que vienen en busca de fortuna a las costas de la región, aprovechando la cercanía con Marruecos, la extensión de playa para moverse y los contactos fáciles, en su mayoría, al otro lado del Estrecho. Ante eso los sindicatos denuncian que faltan entre 150 y 200 agentes especializados, dedicados a investigar el crimen organizado.

Fuerza de investigación para hacer caer estas redes. «La escasez de agentes especializados en la lucha contra el narco es un problema. La desaparición de los OCON-Sur, que fue fundamental, mermó los efectivos», afirma Javier Torrellas, portavoz de AUGC Andalucía. Precisamente OCON, tenía unos 150 agentes dedicados expresamente a combatir el narcotráfico. Es lo que se hecha de menos. «El desmantelamiento fue totalmente inoportuno», sentencia Torrellas.

José Ignacio Zoido, uno de los miembros de la misión del Parlamento Europeo que tiene que valuar desde ayer hasta mañana la situación del narcotráfico en Andalucía, coincide: «La UE lleva dos años advirtiendo que la presión en los puertos Rotterdam y Amberes estaba desplazando las rutas a Andalucía, sobre todo a Algeciras».

Para Europa se está produciendo una escalada del poder narco «sin precedentes» en la región, donde actúan con total impunidad y donde el Estado no dota de medios a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para poder hacerles frente. «Las narcolanchas han tomado el Guadalquivir como una autopista de la droga», lamenta Zoido, que fue el ministro de Interior que aprobó el Plan Carteia en Campo de Gibraltar, que conllevó el despliegue del GAR de la Guardia Civil y de la UPR de la Policía Nacional para controlar las calles. Decisión que acabaría con la formación de OCON-Sur como operativo especial, donde se integraban todas las disciplinas y que se desmanteló oficialmente por el sobrecoste de las comisiones de servicio.

La falta de medios es acuciante, desde Jucil explican que los medios disponibles «no son suficientes ni adecuados para la magnitud del problema que enfrentamos». Por ejemplo, en tierra, el esfuerzo recae principalmente en las patrullas de Seguridad Ciudadana, Policía Judicial y algunas unidades especializadas. «Faltan efectivos y muchos puestos están al límite de su capacidad operativa, sobre todo en la zona de la Bahía y la Sierra, donde se sufre la mayor carencia», apuntan desde esta asociación.

En el mar, la situación es «crítica». De las 19 embarcaciones asignadas en Andalucía, menos de la mitad están operativas y, en la provincia de Cádiz, donde va la misión de la UE a evaluar los medios solo hay dos patrullera en funcionamiento.

«Las narcolanchas, con potencias de hasta 1.200 caballos y tripulaciones profesionales superan ampliamente en velocidad, maniobra y autonomía a nuestras embarcaciones», añaden en Jucil, que suman a esto la escasa operatividad del SIVE para vigilar la costa, «que ha quedado desactualizado y sin ampliación suficiente frente a las nuevas rutas por el río Guadalquivir, donde no existe vigilancia fluvial especializada».

Son superiores en medios y en inversión, por eso se sienten intocables. «Evidentemente ellos se sienten cada día más impunes, pero no les da igual todo. Hay muchísimo dinero en juego. Por eso estamos viendo constantemente agresiones. Hay que endurecer las penas. No tienen límite», asevera Javier Torrellas de AUGC Andalucía, que detalla también una carrera armamentística entre las organizaciones para defenderse de los robos de drogas o 'vuelcos'.

La figura del «petaquero», que es quien transporta gasolina para repostar narcolanchas no está penada como debería. «Se considera colaboración, pero las penas son mínimas o incluso inexistentes, lo que deja un agujero legal evidente. Muchos detenidos por petacas vuelven a las calles en horas o días, lo que genera una sensación de impunidad y superioridad sobre las Fuerzas de Seguridad», alerta Agustín Domínguez de Jucil en Cádiz, quien lamenta que la presión de la situación solo recaiga sobre los agentes que combaten al narco en las costas.