Primera plana
«¿Y esto cómo lo ha hecho Vic?»
Recibir la viñeta diaria era una fiesta, un motivo de celebración. ABC está de luto
Vic, en la Ciudad de la Justicia
ABC se nos ha teñido de luto. Este domingo, fallecía Vicente Torres Esquivias «VIC» , el mejor cronista visual que ha tenido nuestra tierra. Él pintó nuestra página 4 de Opinión con brillantez y humor desde que en 2011 se incorporó a nuestro periódico. ... Nuestra Casa fue el último hogar desde el que sus viñetas sembraron de sonrisas el rostro de los cordobeses, que durante más de 30 años han gozado de las genialidades que salían de su lápiz. Porque, antes que aquí, ya había estampado su magia en «La Tribuna de Córdoba», luego en «La Información» y después en «diario Córdoba». Fue en este último periódico donde conocí el trabajo de Vicente.
Me quedé fascinado con su humor gráfico que disparaba instantáneas de nuestra capital igual de realistas que las que pudiera tomar la mejor cámara de fotos, pero aderezadas con algo que ninguna máquina podría lograr: porque sus retratos de Córdoba y de su actualidad eran una mirada ingeniosa, fresca, irónica y crítica de lo que pasaba aquí, pero al mismo tiempo respetuosa con quienes aparecían en sus recuadros. Mi carácter futbolero me llevaba a soñar con que ABC le fichara . Y un día pasó. Vicente se puso nuestra zamarra y este redactor tuvo el honor de compartir con él páginas de Opinión durante casi una década.
Aunque debo escribir OPINIÓN con mayúsculas , porque eso hacía VIC con sus dibujos y frases escuetas. Lo suyo eran columnas gráficas en las que evidenciaba su excepcional dominio de la idiosincrasia de esta ciudad y su habilidad para abordar desde el humor cualquier acontecimiento o noticia relevante que se produjera en Córdoba, ya fuera en la política, la cultura, el deporte, la sociedad, las cofradías o las peñas. Compartir espacio con él era un estímulo permanente, porque ya me gustaría a mí llegar a ser un día la mitad de buen articulista de lo que lo era VIC o tener una tercera parte de la ironía que su lápiz era capaz de imprimirle a las páginas de nuestro periódico.
Porque lo que lograba Vicente tenía mucho mérito: no es nada sencillo arrancar todas las mañanas a quienes abren su ejemplar de ABC una sonrisa o una carcajada, y menos en una ciudad donde las alegrías no abundan, pero él lo conseguía. Es más. Lo lograba, incluso, con nosotros que debíamos estar ya acostumbrados a su maestría. «¡Genial, la viñeta de VIC! » o «¡Venid a ver “el VIC!” de hoy» eran frases que sonaban en la redacción cuando llegaba su dibujo al correo electrónico incidiendo con sorna en la enésima contradicción de nuestros políticos; haciéndose eco de cualquier tema de actualidad; calcando una de esas escenas de taberna que son parlamentos donde los cordobeses debatimos de lo humano y lo divino… Deja en la prensa local un hueco imposible de cubrir. Eso sí, él no se ha ido del todo. Muchos viñetistas y articulistas de Córdoba cuando nos midamos al folio en blanco, seguiremos haciéndonos una pregunta: «¿Y esto cómo lo habría hecho VIC?»
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