El taxi de Córdoba saluda al año 2020 con buenas sensaciones beneficiado del ajetreo navideño

Sin embargo, el periodo económicamente productivo que acaba de dejar atrás el sector le aporta el oxígeno necesario para paliar sus efectos. Ruano admite que los taxistas han notado más actividad que en años anteriores y que el Centro era «un hervidero» desde antes de que la Navidad comenzara oficialmente y hasta el mismo día de Reyes. La propuesta de luz y sonido del Ayuntamiento de Córdoba ha cumplido su función: dinamizar la zona comercial del centro y llenar las calles. Además, expone Ruano, a favor de los taxistas jugaron también las lluvias registradas en el mes de diciembre. « La lluvia es una aliada del taxi », afirma. Todo suma.

El sector presume de buena salud con el telón de fondo de la competencia «desleal» que según los taxistas ejercen empresas como Uber , que opera en la ciudad desde octubre de 2018 mediante licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC). Ruano explica que es imposible saber cuántos de estos vehículos marchan en la actualidad en la capital porque la multinacional no aporta datos al respecto y la propia naturaleza de las VTC, que no tienen restricción espacial para su actividad, hace que los datos que aporta Fomento sobre licencias por provincia no sean rigurosos. Según el Ministerio, Córdoba cerró 2019 con un total de 75 licencias VTC aunque el sector del taxi calcula que hay en torno a una treintena prestando este servicio.

Admite que hay un segmento de los usuarios que han «migrado» progresivamente a Uber en los últimos tiempos: los turistas . «Es como el que pide una Coca Cola en París, en Londres y en cualquier sitio. Llega a Córdoba en el AVE y, con su aplicación del móvil, pide lo mismo que usa en otros sitios», explica. Confía en que la actividad se regule mientras siguen centrados, dice, en mantener al cliente de Córdoba. Pese a que Autacor ha protagonizado actos de protesta para reclamar al Gobierno una regulación efectiva y justa de esta actividad, Ruano no quiere entrar en «guerras estériles» y apuesta por centrar los esfuerzos en mejorar el servicio que prestan los taxistas para que no existan motivos para cambiarlos por otro.