ANÁLISIS
La salida de Rafael del Castillo (IU) constata una fisura política en el cogobierno de Córdoba
El PSOE no se siente aludido por las críticas al equilibrio de poder y lo achaca al desgaste por una delegación compleja
IRENE CONTRERAS
Entre un ambiente enrarecido y un carrusel de declaraciones estrictamente medidas transcurrió el primer día en el Ayuntamiento de Córdoba tras la dimisión del delegado de Servicios Sociales, Rafael del Castillo . El protagonista no quiso dar más explicaciones sobre una salida ... del cogobierno que ha sido abrupta pero meditada, según reconocen en IU. Del Castillo se remitió al comunicado con el que anunció su decisión el jueves, un alegato contra la « legislación de derechas » salpicado con algún que otro recado para el PSOE. Críptico, eso sí. Tanto que en las filas socialistas rechazaron sentirse aludidos por las referencias del edil de IU a una « correlación de fuerzas que no es la más favorable para llevar a cabo políticas de izquierdas».
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Tanto la alcaldesa, Isabel Ambrosio , como el teniente de alcalde de Presidencia, Emilio Aumente , restaron importancia al dardo de su socio de gobierno. Aumente no quiso entrar a valorar sus palabras y achacó la decisión a la «presión» que se sufre al estar al frente de una delegación compleja . Por su parte, la regidora dio su propia interpretación de las mismas. A su parecer, Del Castillo no hablaba de la correlación de fuerzas en el seno del bipartito -en el que los cuatro concejales de IU comparten gobierno con siete ediles del PSOE- sino en el conjunto de la corporación local . En el Pleno, los once concejales con responsabilidad de gobierno se enfrentan a una oposición de 14 ediles de los grupos de PP, Ciudadanos y UCOR. Este desequilibrio ha hecho que el cogobierno dependa al cien por cien de los cuatro miembros de Ganemos , que ni son gobierno ni son oposición, para sacar adelante sus propuestas.
Blázquez: «Además de presupuesto hacen falta decisiones valientes por parte de Alcaldía»
No obstante, nada puede inducir a pensar que Del Castillo se sintiera incómodo por depender de Ganemos. De hecho, la agrupación de electores pierde, con su dimisión, su principal nexo de unión con el cogobierno . La cabeza más visible de la formación verde, Rafael Blázquez , es amigo personal de Del Castillo, con el que comparte un historial de militancia en la plataforma Stop Desahucios . A nadie escapa que el ya ex delegado de Servicios Sociales era el que tenía más sintonía con Ganemos. Ayer, el propio Blázquez, entre elogios a su labor, dejó caer que la salida de Del Castillo se basa en su frustración por no disponer de medios para impulsar las políticas sociales que considera necesarias y que motivaron su incursión en la política institucional. «Para eso hace falta, además de partidas presupuestarias, tomar decisiones valientes por parte de la Alcaldía», afirmó Blázquez.
Preguntado por estas posibles desavenencias, el delegado de Presidencia, Emilio Aumente , habló con la firmeza de quien lleva muchos años conociendo las instituciones por dentro. Básicamente, achacó el desencanto y la frustración de Del Castillo a la ingenuidad de quien nunca ha ocupado un cargo público. Aunque desde fuera se sueñe con «hacer muchas cosas», «entrar en un gobierno es darse un baño de realidad», afirmó.
Aumente: «Entrar en un gobierno es darse un baño de realidad»
Nadie lo dice abiertamente, pero la salida de Del Castillo es un síntoma de la debilitación de las relaciones entre PSOE e IU . Al menos, de una parte muy concreta de IU. Hay que tener en cuenta que cuando se le dio forma al gobierno, allá por 2015, la formación de izquierdas confiaba en tejer un tripartito con la entrada de Ganemos . De haber sucedido, la unión de los ediles de IU y la marca municipalista de Podemos habría sumado más que el conjunto de los concejales del PSOE, equilibrando la balanza hacia el lado zurdo. Sin embargo, no fue así: Ganemos decidió «in extremis» ver los toros desde la barrera, lo que dejó a IU a solas con un partido con el que, por cierto, ya gobernó antes en un matrimonio autonómico que acabó rematadamente mal. Actualmente, el PSOE es un enemigo íntimo en otras instituciones como la Junta de Andalucía. Mientras en el Parlamento andaluz el líder de IU, Antonio Maíllo , arremete duramente contra las políticas de Susana Díaz , en Córdoba las dos formaciones están condenadas a entenderse por el bien de su pacto de gobierno.
PSOE e IU son dos «enemigos íntimos» condenados a entenderse por el pacto de gobierno
Así lleva siendo dos años, y en todo este tiempo no han faltado gestos que hacían pensar en una ruptura inminente. Sonaron las trompetas del apocalipsis cuando la alcaldesa recriminó al Área de Hacienda , gobernada por IU, su mala praxis, y cuando Ambrosio trató de absorber las competencias de Pedro García en materia de Turismo convocando una reunión con los representantes del sector. Lo hicieron también del otro lado cuando García arremetió contra Aumente por consentir «la privatización del espacio público » durante la Semana Santa, en la que también puso en tela de juicio las medidas de seguridad previstas. De todas esas crisis ha salido ileso el bipartito, al menos de cara a la galería.
En estos dos años el cogobierno municipal ha intentado disimular una brecha que, más allá de las apariencias, existe. Los proyectos de PSOE e IU no son lo mismo ni se parecen. Esta unión instrumental , ideada para expulsar al PP de la Alcaldía, tiene un recorrido al que en ningún caso se le intuye un kilometraje superior a los cuatro años de un mandato . Menos aún con unas elecciones en el horizonte en las que la coalición entre Podemos e IU se revelan como la única posibilidad para la izquierda y con el ultimátum de la «taifa» morada andaluza, que ya apremió a IU a romper relaciones con los socialistas allá donde mantuvieran lazos de gobernabilidad. En Córdoba, Rafael del Castillo ha sido el primero en dar un paso al frente.
Servicios Sociales, del deseo a la realidad
Hace dos años, cuando se produjo el reparto de áreas entre PSOE e IU, la formación de izquierdas pugnó por quedarse con una delegación estratégica para desarrollar su programa: el área de Servicios Sociales . La situación de «emergencia social» que vivía Córdoba era el principal motivo que llevó a activistas de calle como Rafael del Castillo a implicarse en la política institucional. Su objetivo: hacer cosas para cambiar las cosas. Dos años después, los logros conseguidos por su delegación no han cumplido sus expectativas.
El principal hito que se le atribuye es la creación de la Oficina en Defensa de la Vivienda , un órgano llamado a combatir la lacra de los desahucios y asesorar a quienes ya han perdido su hogar. Sin embargo, la realidad de esta oficina dista mucho de ser la que soñó IU. Hace meses, el funcionario al que el gobierno municipal colocó como director de este organismo presentó su dimisión. Desde Ganemos, fieles defensores de la política social, afirman que la Oficina de la Vivienda se ha convertido en una « trituradora de personas ». Entre otras cosas, por la frustración que genera conocer de primera mano la situación de ciudadanos que llegan desesperados en busca de soluciones que el Ayuntamiento no puede dar.
Del Castillo: «A veces hay que irse porque ya no hay nada más que hacer o porque no te dejan hacer más»
Los problemas para la contratación de personal y las restricciones de la legislación estatal para los ayuntamientos son las primeras causas a las que apunta IU para explicar esta circunstancia. Motivos que también pueden justificar el fracaso de otra de las iniciativas que ha pretendido impulsar IU sin éxito hasta el momento: la municipalización de la ayuda a domicilio . Del Castillo ha sido muy combativo con la empresa que actualmente gestiona este servicio mediante concesión municipal, Clece . Las trabajadoras de la firma han protagonizado sonadas protestas por sus condiciones laborales. El edil las ha acompañado, entre promesas de que haría todo lo posible por la subrogación de la plantilla . Supondría convertir en trabajadoras municipales a más de 800 empleadas. Un propósito loable, pero con pocas posibilidades de llevarse a la práctica.
Por ahora, el cogobierno ha prorrogado por un año el contrato de Clece a la espera de encontrar una vía que permita municipalizar el servicio. Hay una comisión constituida para ello. Este asunto causó roces entre PSOE e IU: los socialistas apostaban por una prórroga de dos años , lo que habría cerrado la puerta a todo intento de municipalización durante el presente mandato. Del Castillo defendió que IU estaba siendo «consecuente» con los compromisos adquiridos, mientras que el PSOE actuaba de forma «contradictoria» al escurrir el bulto hacia la próxima corporación municipal.
Entretanto, Del Castillo guarda silencio «por responsabilidad» . Al menos, de manera oficial. En el plano oficioso -y personal- la realidad es otra. Ayer dejó unas palabras de despedida en su perfil de la red social Facebook : «A veces hay que irse, no porque uno quiera irse, sino porque ya no hay nada más que hacer ahí en donde estás o porque no te dejan hacer más ».
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