Puerta giratoria

Ver para creer

En Córdoba la negación de espacios para actos cofrades es como la prohibición de procesiones en colegios de Sevilla

Centro Cívico de Levante, en Fátima Álvaro Carmona

05/04/2019 a las 08:36h.

Al leer que en Sevilla pueden quedar suprimidas las procesiones de Semana Santa en los colegios públicos crees estar ante una «fake new», ese término contaminante y agresivo que se ha puesto al servicio del nuevo periodismo para menoscabar su dignidad desde las ... redes sociales . Pero la incredulidad es una actitud en proceso de revisión y hay que estar abierto a la plasticidad de los titulares porque demasiadas veces la realidad supera a la ficción. En Córdoba nos sobran razones para demostrarlo. La tolerancia a la libertad religiosa es estrecha y vigilada también aquí, invocando una clase de igualdad por la que siempre prevalece la minoría acomodada en el jaleo mediático. Parece una noticia falsa que una minoría gobernante puede sentirse depositaria del sentir general y prohibir el uso de instalaciones públicas a una hermandad hasta acabar el asunto en los juzgados, con la seguridad de que en tal proeza ha cosechado un puñado de votos. Pues ha ocurrido.

Esta actitud resume esa capacidad asombrosa del gobierno de Córdoba de consumir el tiempo electoral , sumido en la tarea de clasificar ciudadanos en función de sus creencias desde que la tomó Capitulares. Otra versión de esta distracción a la que ya nos tiene acostumbrados radica en la pelea interna que se nos avecina cada año sobre la carrera oficial trasladada al entorno de la Mezquita-Catedral. Ríos de tinta nos esperan este año electoral en la escenificación de IU y PSOE por ver quién persigue con más celo la garantía de conservación del patrimonio al paso de las hermandades. En su previsión electoral ya figura este argumentario, rico en connotaciones laicas y distanciadas del acontecimiento religioso. ¿En qué invertirían sus predecibles comparecencias si no?

En Córdoba, la negativa municipal a ceder instalaciones públicas representa esa incomprensión que para los sevillanos puede tener la prohibición de cortejos procesionales infantiles en algunos colegios. Se prohíbe lo que daña, piensas, por eso posibilidades como la de la provincia vecina no permite un juicio rápido ya que eres de las que crees que en los colegios lo que deberían estar prohibidas en horario lectivo y fuera de él son las faltas de ortografías de los alumnos, mientras el informe Pisa un año tras otro refrenda el escaso nivel de nuestro sistema.

En esta estrategia tiene también experiencia el gobierno cordobés , tan dado a la invocación de estatutos cuando se trata de defender el carácter laico de todo lo público. Es como un mantra que no atiende las particularidades de celebraciones que no dañan, sino suman. Nadie puede elegir lo que no conoce , nada tiene de instructivo la ocultación.

En esta inseguridad gana siempre algunos consejos escolares politizados si hablamos de educación, padres que intervienen estos órganos como legítimos representantes pero con escasas concesiones a la pluralidad. También en Córdoba parece que colectivos vecinales o grupos de presión buscan prevalecer su extraño sentido de la libertad.