Opinión
Viva la Feria
Habrá habido mejores, que no lo discuto. Pero la de este año ha resuelto problemas endémicos que parecían insolubles
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa Feria de Córdoba de este año se nos está quedando ni clásica ni vanguardista, ni elegante ni hortera, ni caótica ni ordenadita. Lo que sí celebramos (y ustedes perdonen las molestias) es el respeto escrupuloso a los decibelios. Que ya era hora. Nuestros ... tímpanos y, lo que es más importante, nuestra paz interior se lo agradecerán. No queremos decir que nos alegremos de la suspensión temporal del evento, pero tampoco le vamos a decir lo contrario. No sé si me explico con claridad.
Habrá habido ferias mejores, que no lo discuto, pero la de este año ha resuelto problemas endémicos que parecían insolubles. Por ejemplo, las casetas disco. No hemos visto ninguna. Pero ninguna. Y no hablamos de cualquier cosa. Hablamos de un desafío identitario como la copa de un pino. Tanto que la personalidad inmutable de nuestra señera tradición se encontraba seriamente amenazada por los Fonsi de turno. Y oiga. Un poquito de por favor.
Por ese lado, la pandemia que ha arrollado al planeta ha tenido un efecto benéfico. Y es justo ponerlo en valor. Como también ha tenido un beneficio innegable en la superación del vino peleón y el salmorejo en platos de plástico. ¿O acaso no se acuerda del pasado año, querido contribuyente? La Feria tendrá sus atractivos, no lo vamos a negar, pero las colas interminables para cazar media de pinchitos chamuscados no era uno de ellos. Como tampoco lo era almorzar con María del Monte dándote de graznidos al oído. Seamos honestos.
Este año nos hemos ahorrado el macro botellón a las puertas de El Arenal. Y esa estampa apocalíptica de litronas y bolsas del Piedra esparcidas caprichosamente por el Balcón del Guadalquivir . En esa fotografía espectral del día siguiente se resumía la decadencia de una civilización (por decir algo) carcomida por el consumismo y el desprecio a la madre Tierra. No tenemos nada en contra del botellón, siempre y cuando las muchachas (y los muchachos) recojan sus mierdas y dejen el parque tal como lo encontraron. Que ese principio básico de comportamiento cívico se aprende en primero de Supernanny. Hombre ya.
La Feria de este año, como están observando, tiene ventajas incuestionables. Usted va a El Arenal esta misma tarde y no regresa a casa con las botas camperas rebozadas en albero como si fueran gambones de Huelva. Y caramba. No es buena idea sumergirse en una nube de polvo a soplar rebujitos como si no hubiera un mañana. Que luego a media noche te despiertas en el sofá de casa con un sombrero mejicano y unas castañuelas de lunares que averigüe usted de dónde han salido. Y mejor no trate de hacer memoria. Que se puede llevar un disgusto.
No les vamos a calentar la cabeza con el ahorro energético y el desafío que representa la alerta climática para la supervivencia del planeta. Vale. De acuerdo. Pero piense un poquito en la delirante carrera por los puntos de luz y la portada de Feria más gansa, más sofisticada y más la hostia en verso. Y ya. En eso también la Feria de este año ha sido modélica. Y a ver quién nos argumenta lo contrario.
Se nos acumulan las razones para defender el modelo de Feria post coronavirus. Más limpia, más silenciosa y más amable. Que no todo van a ser consecuencias negativas de la crisis sanitaria más catastrófica del siglo.
Noticias relacionadas
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete