Eso es lo que han hecho el Hospital Reina Sofía , el Instituto Maimónides de Investigación Científico (Imibic) y el Patrimonio Comunal Olivarero en un estudio realizado exclusivamente en la provincia de Córdoba con un millar de pacientes monitorizados durante siete años.
Lo que han demostrado los investigadores es que la dieta mediterránea es superior a la dieta baja en grasas , el paradigma científico para luchar contra las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo hasta ahora. Ambos modelos de alimentación son excelentes para hacer frente a las enfermedades del corazón, pero la dieta mediterránea lo es todavía más si cabe. Y lo avalan con datos científicos que cualquier investigador puede comprobar desde ayer, fecha de publicación en The Lancet.
Durante el periodo de investigación, 500 pacientes que ya habían sufrido algún episodio grave de enfermedad cardiovascular fueron alimentados con una dieta baja en grasas; a otros 502 se les aplicó la dieta meditererránea, que sustituye hidratos de carbono por las grasas del aceite de oliva, entre otras cosas.
Cuando comenzó el estudio, la probabilidad de que estos pacientes sufrieran un segundo episodio cardiovascular grave era del 33 por ciento . Una vez finalizado y recabados los datos, resulta que las dietas bajas en grasas reducen la probabilidad hasta el 23 por ciento. La dieta mediterránea aún más, hasta el 17 por ciento , casi la mitad que sin ningun tiepo de dieta.
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