Perdonen las molestias

¿Hotel?

El propietario del club de alterne Scándalo afronta 680 años de cárcel en un juicio que arrancó ayer en la Audiencia de Málaga

El S'candalo de La Carlota ABC

Un día cualquiera de un mes cualquiera de 2009. Una mujer nigeriana quiere abandonar su país por motivos obvios. Pobreza , desestructuración familiar, ausencia de futuro. Un hombre desalmado se le acerca para ofrecerle un horizonte de oportunidades más allá del Mediterráneo . ... Es decir, en Europa. El tipo le indica que si sigue sus instrucciones logrará un trabajo de camarera y una inscripción para completar sus estudios en un centro homologado.

La mujer accede. La miseria y el anhelo por una vida mejor constituyen, a veces, un cóctel letal. Viaja con destino al Viejo Continente acompañada de un hombre y una mujer, ambos colaboradores necesarios del anterior. Cuando llegan a Madrid, le retiran el pasaporte, le confiscan el móvil y le prohíben hablar con su familia. Es informada de que acaba de contraer una deuda cifrada en 50.000 euros por los gastos derivados del viaje, que deberá reembolsar trabajando en un local de alterne. En román paladino: como esclava sexual.

La joven es derivada a un club de Lucena . Luego, entrará en un rutinario sistema de rotación por otras salas de La Carlota , Torremolinos o cualquiera sabe, al objeto de que los clientes dispongan de carne fresca. Y ustedes disculpen la impertinencia. Trabaja (es un decir) en jornadas de once o doce horas diarias. De 17.00 a 5.00 de la madrugada. Con un descanso que no supera los veinte minutos. Bajo un estricto control personal y un protocolo de aislamiento para intensificar su desarraigo familiar, que facilitará su sometimiento a la red que la explota sexualmente .

Todos los ingresos que obtenía por los servicios carnales que expendía los entregaba al sujeto que la embaucó en maldita sea la hora. Detrayendo, eso sí, el coste correspondiente de habitación. La víctima logró saldar la deuda tres años más tarde. En 2012. Así lo recoge con todo lujo de detalle una sentencia del Tribunal Supremo dictada en julio de este mismo año. El fallo condenó a cinco miembros de una red de trata de seres humanos, que obligaba a prostituirse a cuatro mujeres, dos de ellas niñas. Han leído bien. Dos de ellas niñas.

La sentencia describe sin circunloquios una realidad cruda que se produce cada día a cinco minutos de casa. De la suya y de la nuestra. Mientras usted está preparando el almuerzo para los niños, cientos de mujeres son facturadas como mercancía que se compra y se vende a precio de saldo. «Seres cosificados», afirma la sentencia. Esclavitud en la Europa de los derechos humanos.

Ayer martes arrancó en la Audiencia Provincial de Málaga un macrojuicio que procesará a 21 personas acusadas de graves delitos contra la dignidad humana. El fiscal pide 4.000 años de cárcel por 169 delitos de prostitución . El cabecilla de la supuesta red regenta cuatro clubes de Málaga, Torremolinos y Córdoba . El nombre de la franquicia le sonará. Scándalo. Un suculento negocio que le ha reportado al jefe del tinglado 18 millones de euros, según cálculos recogidos en el sumario.

Solo el cabecilla afronta una pena de 680 años de prisión. En su defensa, el procesado niega todos los cargos. Él se limita a alquilar habitaciones en un hotel. Lo que hagan sus clientes no es problema suyo. No es la primera vez que la franquicia es sometida a un procedimiento judicial . Si usted rastrea en internet , verificará media docena de redadas en los últimos veinte años. Y ahí sigue. Vivita y coleando. Ofreciendo sueños húmedos cada noche de 17.00 a 5.00 de la madrugada. Hotel Scándalo . El hotel de los sueños rotos de miles de mujeres desamparadas.

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