Futuros Abundantes | Los nuevos mundos que habitan el C3A de Córdoba

La exposición cuenta con el comisariado de Daniela Zyman y ha sido ella, como directora de TBA21 y persona de absoluta confianza de Francesca Thyssen, la que ha intentado darle coherencia argumental a la muestra , que en realidad reúne obras de arte muy dispares como no puede ser de otro modo en una colección formada a través de los años. La especialista, en vez de reflexionar sobre ese periodo, ha preferido mirar hacia el mañana , con un afán visionario muy contemporáneo, y lo ha hecho con optimismo.

En su texto introductorio de la exposición, Zyman explica que «si queremos imaginar y organizar el mundo de forma diferente tendremos que cultivar nuevos horizontes para nuestras políticas y para nuestra forma de relacionarnos». También defiende que «construir futuros abundantes implica apoyar iniciativas existentes y aprender de ellas», así como «reorganizar el trabajo de manera justa, redistribuir los recursos disponibles, renunciar a lo que sea necesario con tal de promover más vida y decrecer nuestra productividad y generación de residuos por el bien común».

De la generalidad de esas buenas intenciones se pasa a lo concreto de las obras propuestas, en las que, dado que muchas de ellas son encargos de la coleccionista , prima ese carácter más social y activista que individual o existencial. Durante el paseo por ellas se alterna entre lo monumental y lo mínimo, entre los objetos de gran formato o vistosidad y los pequeños detalles, sin dejar de lado espacios de gran colorido o propuestas digitales.

De entrada, destacan las grandes cortinas con oquedades del hispanobrasileño Daniel Steegmann Mangrané , que hacen las veces de puertas de acceso al resto de la muestra, y de forma singular al monumental ‘Esqueleto y glóbulos del también brasileño Ernesto Neto , una especie de tejido biológico gigante, realizado con poliamida, que parece adherirse al edificio y querer formar parte de él. En la misma línea de espectacularidad, destacan otras obras en ‘Futuros abundantes’ como la ‘Luz que viaja’ del chino Ai Weiwei, una pìeza que se incorporó a la colección TBA hace ya quince años; la instalación lumínica y térmica ‘Eye see you’ del danés Olafur Elliason o la audiovisual ‘Dificultades luminiscentes’ de la artista alemana Susanne M. Winterling.

Frente a esas propuestas, el contraste lo ponen obras que juegan con menos elementos , como las leves telas de araña del artista argentino Tomás Saraceno . También es el caso del calco de hoja y las impresiones en gelatina de la cubana Ana Mendieta, los metafóricos collages de la chipriota Haris Espanimonda y el colombiano Miler Lagos o la propuesta conceptual del también creador colombiano , ya fallecido, Bernardo Salcedo , de fondo político y que hace una crítica sobre la retórica que envuelve al escudo de su país .

Siguiendo con lo conceptual, la comisaria ha colocado en un espacio preeminente otras dos propuestas que destacan por su singularidad dentro de la colección. Una de ellas, ‘Deseo tu deseo’, de la brasileña Rivane Neunschwander , es una instalación colorista en la que conecta a la humanidad a través de sus deseos y anhelos, mientras que la otra, compuesta por postales en blanco y negro, es obra de la artista francesa Matilde Ter Heijne . Bajo el título ‘Mujer para llevar’ , supone un tributo a las miles de mujeres que pasaron por la Historia de forma anónima.

El colorismo se extiende también por las salas gracias a propuestas como el acrílico sobre lienzo ‘Maresias’ de la brasileña Beatriz Milhazes , la sugerente ‘Granja familiar’ del británico Matthew Ritchie o las obras de la artista malagueña Regina de Miguel y que son la base de la cartelería de la exposición. Se trata en este caso de uno de los encargos que TBA21 ha hecho para ‘Futuros abundantes0, algo que también ha ocurrido con el colectivo cordobés Plata, que participa en la muestra con otra propuesta también relacionada con la ecología, o con las esculturas conceptuales que el colombiano Abraham Cruzvillegas ha dedicado a Ibn Zaydum y que se pueden ver en los patios del edificio.

Todas ellas forman que ese conjunto con el que la colección Thyssen se ha presentado en Córdoba y que sitúa a la ciudad de forma clara en la vanguardia del arte conceptual . No cabe ahí todo el arte contemporáneo que hoy se produce pero sí que parece un primer paso estimulante para que las artes plásticas abandonen ese lugar marginal que han ocupado durante décadas en la propuesta cultural cordobesa.