Dios es matemáticas

Aprovechando el río revuelto a la ministra Isabel Celaá , no se le ocurre otra cosa que desvincular la obligatoriedad de las matemáticas en algunas ramas del Bachillerato . Partiendo de un marco legislativo del 2006 que aprobó el PSOE , y que dejaba en manos de los feudos de las comunidades autónomas los itinerarios de Bachillerato, cada uno cercenaba la asignatura a su antojo. El resultado no se hizo esperar. El último informe del Programa de Evaluación Integral de Alumnos (PISA) nos arrojó a la cara que los estudiantes españoles obtuvieron 481 puntos, cinco puntos menos que en el 2015 y por debajo de la media de la OCDE .

Claro, cuando una asignatura, básica en la educación , se da mal pues ya no es bajar el nivel, como viene siendo habitual para que todo el mundo llegue sin esfuerzo, si no que se extirpa y así tenemos un problema menos.

Si sumamos, vemos cómo gradualmente —año tras año— se ha quitado la filosofía y la lectura de libros, anulando espíritu crítico y diversidad cultural y de vocabulario . Ahora ya sólo quedaba que los ciudadanos no sepan contar o, mejor aún , comprender las estadísticas porque todo ello junto dinamita los efectos de la propaganda en el ser humano. Están dinamitando los cimientos del conocimiento a cambio del uso de más tecnología lúdica y ello nos lleva a pasar de ciudadano a masa informe sin criterio y fácilmente manipulable.

Fue Bernoulli , profesor de anatomía y matemáticas, quién propuso un modelo matemático para estimar la propagación de la viruela, descubriendo una fórmula para describir la transmisión de la enfermedad en una población.

Fue Euclides quien definió el número Phi, la Proporción Áurea, el Número de Oro, que ya usaban mesopotámicos y egipcios para sus construcciones, pintores como Leonardo da Vinci o Dalí , músicos o biólogos.

Porque lo pequeño es a lo grande como lo grande es al todo y, por ello, está presente en las conchas de moluscos, las flores de los girasoles, en las proporciones del cuerpo humano, en el ADN o en las galaxias.

Decía Einstein , Nobel de Física , que las matemáticas son el alfabeto con el que Dios escribió el mundo. Y se atribuye a Pitágoras el descubrimiento de la relación entre el tono de la nota musical y la longitud de cuerda que lo produce y que los intervalos entre frecuencias de los sonidos armoniosos firman razones numéricas simples, de manera que el Sol, la Luna y los planetas emiten un zumbido basado en su revolución orbital. Kepler en su tratado «Harmonices mundo» asigna notas musicales a cada planeta en función de su velocidad angular.

Mike Oldfield escribía su «Música de las esferas» y en este nuevo mundo de biotecnología, física cuántica y algoritmos que dirigen nuestra genética , nuestras decisiones y nuestras creencias , necesitamos más que nunca conocer esta ciencia que escribe las palabras de Dios y así entender desde el Universo hasta nuestros virus. Porque como es arriba, es abajo desde tiempos inmemoriales.