Cruces para conquistar las plazas de Córdoba

Hasta las de recinto interior, como la de los Dolores en el local de Capuchinos , evoca a otro sitio de encuentro, aunque más privado, y es el patio. En la vieja Córdoba que se vacía a poco a poco, las plazas vuelven a ser lo que eran en torno a la cruz, porque en ellas hay fiesta. No se detendrán hasta el 1 de mayo. En ellas se vuelve a hacer la vida de antes : se citan los grupos de amigos , se comparten la comida y la bebida y se tiene la sensación de estar haciendo algo distinto. El espacio urbano se transforma por unos días, que es algo propio de la fiesta, y junto a la cruz florida y la decoración está la sensación de lo excepcional.

Al mediodía del viernes ya hubo quien se acercó a las barras, pidió tapas y compartió allí el aperitivo con el que el fin de semana , y más si es uno festivo, empieza a saber mucho mejor. Se cantaba y se bailaban sevillanas, y se tenía que hablar alto. Meteorología espera un tiempo más bien fresco, con máximas en torno a los 20 grados y mínimas por debajo de los diez, y posibilidad de lluvia en la mañana del domingo y quizá el lunes.

La tarde, la primera tarde, fue tranquila, pero mucho menos la noche. Por las calles iban llegando buscando las plazas, en lugar en que el mundo se abre, el cielo es más ancho y sorprende la cruz en el centro. Clásica como la de la Misericordia , con claveles rojos , o blanca como la del compás de San Francisco , con inmejorable arquitectura. Puede tener flores innovadoras como la de la cofradía del Císter o recoger en Poniente una estampa tan clásica como la del Potro . Por las calles que sirven para llegar desembocaron en las plazas y las tomaron, y así seguirán: jóvenes de noche, familias sobre todo de día.