El Córdoba deja su crisis en Ponferrada (1-3)

Pero en la categoría de plata no hay nada blanco ni negro. No hay más realidad que la matemática. Y el Córdoba, eso sí, se marchó de El Toralín con tres puntos más. Su juego, en cambio, fue el de siempre. El de algunas tardes felices y el de otras tantas soporíferas. Tuvo la fortuna esta vez de medirse a un equipo que ya suma 10 jornadas sin ganar y que llevaba seis sin marcar. Y disfrutó el equipo de Oltra de la calidad de sus hombres clave para demostrar el porqué de la situación clasificatoria de uno y otro contendiente.

El cuadro local asfixió a los blanquiverdes en el arranque. En apenas 10 minutos, al Córdoba se le aparecieron todos sus fantasmas: la falta de fútbol para salir de la presión, la ausencia de garra, de confianza... Vio cómo Razak despejaba involuntariamente un libre directo, cómo el árbitro castigaba en exceso a Rodas con amarilla y cómo el propio colegiado se guardaba la segunda cartulina en el bolsillo para no mandar al central a la ducha con todo un encuentro por delante.

Volvió la angustia, pero la despejó Fidel . Otra vez, el talento individual para tapar las carencias colectivas. El onubense puso el 0-1 con un zurdazo que podría servir por sí solo para enseñar a los niños en las escuelas a rematar de volea . Sonrió al fin el extremo, que necesitaba reivindicarse tanto como el propio equipo.

Tampoco ofrecía demasiado el rival. El equipo de Fabri, técnico al que apenas le ha dado tiempo a entrenar a sus nuevos jugadores, sólo asustó a balón parado. Si el Córdoba no fallaba, difícilmente iba a tener capacidad la Ponferradina de llevar las tablas al electrónico. Así que el conjunto de Oltra resistió, a la espera de un nuevo zarpazo que debía ser el definitivo.

Y lo que para cualquier puñado de jugadores en Segunda no hubiese sido más que otro barullo en el área, para Fidel (taconazo), Markovic (pase al hueco), Víctor Pérez (asistencia) y Xisco ... Fue un gol. Todo en apenas 10 metros. El 0-2. Justo antes del descanso . Al más puro estilo de un grande.

El mazazo anímico, máxime en un equipo en plena crisis, bien podría haber bastado para cerrar el partido. Pero el Córdoba, el mismo conjunto capaz de marcar golazos cuando juega mal, también es experto en dar alas a los rivales . Quiso mantener el resultado desde la caseta. La mente de muchos de los futbolistas blanquiverdes se quedó en los vestuarios. Quizá la de otros estaba ya celebrando el triunfo. Pocos mantuvieron la atención o, al menos, no la mantuvieron en el campo rival.

Apretó la Ponferradina y encerró a un equipo que se refugia sin pudor junto a su portero, sin acordarse de desgracias del pasado. Y hubo consecuencias. Caiado destrozó la cintura a Stankevicius y batió a Razak por bajo. Emoción para los últimos minutos que volvería a romper la calidad. Otro innecesario cara o cruz que cayó del lado blanquiverde: De Tomás filtró el balón para que Markovic lo reventase hacia el fondo de la red. ¿Fin a la crisis?

PONFERRADINA: Dinu; Casado, Miquel (Camille, m. 45), Andy, Adán; Caiado, Melero (Aguza, m. 63), Jebor, Alan, Acorán; Djordjevic (Hume, m. 45)

CÓRDOBA: Razak; Stankevicius, Rodas, Deivid, Cisma; Eddy (Gálvez, m. 76), Víctor Pérez; Pedro Ríos, Markovic, Fidel (Nando, m. 67); y Xisco (De Tomás, m. 84)

GOLES: 0-1: Fidel, m. 13; 0-2: Xisco, m. 42; 1-2: Caiado, m. 84; 1-3: Markovic, m. 88.

ÁRBITRO. Amonestó a Rodas, Cisma, Xisco y Eddy, por parte visitante, y a Andy y Caiado, por parte local.

INCIDENCIAS: Vigesimosexta jornada en Segunda. Partido disputado en El Toralín.