La brecha salarial, el empleo y la representación acortan distancias en una década en Córdoba

Sin embargo, los datos reflejan un cambio de tendencia en Córdoba si se comparan con los que había a inicios del milenio. El plano más evidente es el del papel de la mujer en ámbitos donde antes ocupaba espacios residuales. Las féminas ya son mayoría en la administración : en Córdoba hay 23.391 mujeres trabajando en la función pública frente a sus 20.989 compañeros hombres. La Junta de Andalucía es la institución más «feminizada», con 15.465 mujeres por 7.925 hombres, algo que se explica en parte por el volumen mayor de presencia femenina en ámbitos como la Sanidad o la Educación. En los últimos diez años, según los datos del Boletín Estadístico de Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, la presencia de las mujeres en la función pública ha crecido mientras el volumen del funcionariado general ha dismunido en unas 3.000 personas.

En una década puede observarse cómo la incorporación de la mujer a determinados ámbitos laborales ha vivido un incremento paulatino. En la última década la presencia de mujeres en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se ha duplicado , pasando de las 54 que había en 2008 a 137 en 2018. También en la Administración de Justicia, donde de las 75 mujeres que había hace diez años se ha pasado a rozar el centenar. El futuro pinta optimista si se tiene en cuenta la mayor presencia femenina en un semillero como es la universidad. Entre el alumnado de la Universidad de Córdoba, las mujeres van por delante. En 2017 hubo unas 8.500 matrículas de mujeres frente a los 6.879 varones que conformaron el alumnado. En las empresas, en cambio, las mujeres duplican la presencia masculina en ocupaciones elementales mientras que en los puestos de dirección y gerencia pasa lo contrario. Menos del 20 por ciento de los puestos de dirección están ocupados por mujeres, según datos de UGT.

La diferencia salarial, que es una de las principales denuncias que hacen los sindicatos y organizaciones feministas, sigue siendo un medidor de una desigualdad que, sin embargo, empieza a reducirse. En el año 2007 se situaba en un 34 por ciento en Córdoba, con una diferencia de unos 6.000 euros entre los salarios medios que perciben hombres y mujeres. Hay que precisar que en este apartado influye que las ocupaciones mayoritarias en las mujeres se corresponden con empleos cuya retribución es media-baja , y que los salarios de los hombres han bajado en los últimos años. En 2017, el último del que existen datos completos, esa diferencia había descendido hasta el 22 por ciento , según datos de la Agencia Tributaria.

En el capítulo de las pensiones , el efecto es el contrario. Aunque la media percibida por las mujeres ha crecido en un 34 por ciento, la de ellos ha subido en mayor medida. El resultado es que si en 2007 la diferencia era de unos 2.500 euros, en 2017 superó los 3.700 euros de media . La mejora de la actividad económica en general y las cotizaciones sobrevenidas por las ocupaciones de cada uno influyen en este tránsito de los últimos años.

Los datos del mercado laboral arrastran luces y sombras. En 2018, había 112.600 mujeres ocupadas en Córdoba , apenas 2.500 menos que en 2007 tras una severa crisis. La distancia con el volumen de hombres ocupados se ha recortado durante este tiempo. Hace una década había 75.000 hombres más con trabajo y ahora sólo son 52.000. Pero en materia de desempleo la diferencia crece, la crisis se ha cebado más en el lado femenino, que pese a bajar del 30 por ciento su tasa de paro sigue estando entre las más altas de España.

Por otro lado, el lugar decisivo que ya ocupa la igualdad en la agenda política se materializa en la tendencia cada vez más extendida en los partidos a diseñar sus órganos de dirección y listas con paridad, aunque el fenómeno del «techo de cristal» persiste. Las cabezas de lista de las últimas elecciones regionales fueron copadas por los hombres y sólo una mujer, Ana Naranjo, lideró la «plancha» de Adelante Andalucía. En las últimas municipales, Isabel Ambrosio fue la única candidata de un partido, el PSOE, mientras que el resto de formaciones eligieron a hombres para representarles. Córdoba tenía hasta hace poco a mujeres en los puestos máximos de representación política, con Isabel Ambrosio como alcaldesa, Esther Ruiz como delegada del Gobierno andaluz (hoy hay cinco delegadas de siete puestos en total) y Rafaela Valenzuela como sudelegada del Gobierno central.