El Ángel Ximénez Avia Puente Genil tumba al colista (29-25) y respira

La sintomática movilidad y la facilidad con la que discurría el balón en zonas ofensivas simbolizaban, en el despegue del choque, esos indicios anhelados que auguraban un resurgimiento del Ángel Ximénez Puente Genil . El equipo de Quino Soler compareció ante el Frigoríficos Morrazo dispuesto a revertir esa tendencia tan negativa como insostenible, en una cita previsiblemente más asequible que las anteriores que lo contraponía al colista de la categoría.

El intercambio de tantos, en un contexto de hegemonía de los ataques sobre las retaguardias, y de maniobras ágiles, precedieron un parcial de 4-0 a favor de los locales basado en la fortaleza en territorio propio de elementos como Rudovic, Leo Almeida y Chispi y las intervenciones acertadas de Jorge Oliva en la portería.

El Frigoríficos Morrazo Cangas , que únicamente ha obtenido dos victorias en el campeonato liguero, se manifestaba con maniobras básicas y desprovistas de complejidad. Las desventajas del cuadro gallego únicamente disminuían como consecuencia de precipitaciones o exceso de individualidades en el Ángel Ximénez .

Víctor Pillo García, técnico del Frigoríficos Morrazo , solicitó un tiempo muerto al sobrepasar la mitad del primer capítulo, al divisar, como más tarde sucedería, un panorama de superioridad irrefutable de su oponente. La renta favorable para el Ángel Ximénez aumentaba progresivamente hasta alcanzar una cifra de seis goles, los mismos tantos que ejecutó en el capítulo inicial Curro Muñoz, extremo izquierdo malagueño que protagonizó unos treinta minutos espléndidos.

El rumbo propicio del duelo avivó combinaciones más serenas y duraderas del plantel de Quino Soler, comprometido en su área y desenvuelto ante Eduardo Salazar y Pedro Hermones, guardameta suplente que Víctor García soltó en la cancha a siete minutos de la pausa. El horizonte próspero que imaginaba el Ángel Ximénez devino en una distensión que obligó a Quino Soler a requerir sesenta segundos de paréntesis. La decisión del preparador estimuló a sus discípulos hasta conseguir mantener una distancia de cinco dianas.

El Ángel Ximénez regresó de vestuarios representando un vendaval que sacudía a un Frigoríficos Morrazo incapaz de contener a adversarios como David Jiménez, imparable en la primera línea y máximo artillero con siete aciertos, o Nacho Moya, brillante en monólogos originados en la vía central. Los de Quino Soler se despegaron hasta los siete goles, disminuidos en el transcurso del segundo tiempo por una peligrosa relajación, unida a la inspiración de Muratovic, Jesús Soliño y Nikola Potic.

El Frigoríficos Morrazo , irreductible y laborioso, se acercó a tres dianas en el minuto 24, instante que movió a Quino Soler a detener el partido. El Ángel Ximénez AVIA Puente Genil recuperó su firmeza, sustentado en las paradas de Jorge Oliva y consolidó un triunfo obligatorio y consolador.