Pasar el rato

Las amazonas

Estas guerrilleras del sexo con cargo ministerial pretenden demostrarnos que la cópula heterosexual está sobrevalorada

La ministra de Igualdad con uno de sus hijos en un acto de Podemos Efe / Mariscal

21/01/2020 a las 08:28h.

Un feminismo de amazonas , belicoso y banal, propone la eliminación sexual del hombre como paso para construir la doctrina sobre la dignidad de la mujer. A la inteligencia por los genitales . El hombre es un producto superfluo y dañino de la ... biología. Y las amazonas modernas ni siquiera buscarán su compañía una vez al año, para aparearse en primavera, como es fama que hacían aquellas tribus de mujeres guerreras, que excluían a los hombres de la convivencia. No puede descartarse que el gran Sánchez leyera en su adolescencia al historiador griego Heródoto , y conocedor del mito de las amazonas, esté tratando de implantarlo en España. Para convertirla en tierra de mujeres, fundamento de la nueva unidad nacional. Si viviera Safo de Lesbos, cuya resurrección aportaría nivel literario a las amazonas, cantaría a Sánchez como cantó al dios Eros, llamándole «fiera agridulce contra la cual no hay ayuda». Tiene bastante más nivel que el canto de sus excitadas seguidoras a Felipe González , en los albores del erotismo político socialista: «Felipe, capullo, queremos un hijo tuyo». Para este modo de entender la nueva sociedad de progreso, el hombre es un animal rijoso con estudios primarios, diseñado para agredir a cualquier cosa con apariencia de mujer. La naturaleza lo ha marcado con la señal del delito en la ingle. Es genéticamente culpable. Debe desparecer.

Estas guerrilleras del sexo con cargo ministerial pretenden demostrarnos que la cópula heterosexual está sobrevalorada. Una actividad monótona y consabida. Los consultores de sexología -que son como Iván Redondo , pero atienden de cintura para abajo- sobreviven ofreciendo paraísos de originalidad a los usuarios de un mecanismo que es incluso más antiguo, elemental y previsible que la rueda. Si no fuera por el poder del instinto sublimado; por la fuerza de la sangre, que siempre parece otra y hace nuevo lo viejo; por el corazón, que eleva hasta el arte la dimensión veterinaria del acontecimiento, el ayuntamiento de hombre y mujer resultaría tan aburrido y vulgar como un discurso de Pedro Sánchez . No hay que confundir la charcutería con la poesía. Como no hay que confundir a Pedro Sánchez con Cicerón . Con su aparente desenfado y un lenguaje de botellón recién consumido, estas chicas únicamente consiguen contagiar a sus devotos más radicalizados, gente de imaginación general básica, no cultivada por la lectura. Los bachilleres del sistema educativo del exhumado seguimos el consejo de Juan Ramón Jiménez : lo que verdaderamente forma no es la escuela de la ministra Celaá , sino «los libros que leemos a escondidas en las copas de los árboles». Por las copas de los árboles sabemos que Safo de Lesbos, de cuyo lugar de nacimiento toma su nombre el concúbito entre mujeres, no era doctrinalmente pura. Cantó con el mismo apasionamiento a hombres y a mujeres. Y la leyenda biográfica le atribuye una animada convivencia heterosexual, que la llevó al suicidio por el amor desafortunado de un varón. En un vigoroso poema -pocos, pero algunos se han conservado- describe minuciosamente la pasión erótica que en la mujer despierta el hombre amado, al que llega a comparar con un dios. Pero también canta su inclinación amorosa por alguna compañera. En ambos casos, el nivel poético es muy alto. Lo más probable es que a las amazonas del Ministerio de Igualdad suceda lo que Safo decía de una mujer poco refinada intelectualmente: «Ni un solo recuerdo guardarán de ti futuras generaciones».