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EL NORTE DEL SUR

Ahora que me despido pero me quedo

Más allá de su reto eficaz a la alcaldesa, lo fundamental del desafío de Aumente es su cansancio de la política. De Córdoba

El edil de Seguridad, Emilio Aumente, y la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio Á. CARMONA
Rafael Aguilar

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Aquí no ha pasado nada. Absolutamente nada. Un concejal se le pone gallito a la alcaldesa, le da un calentón en plena Feria , dice que dimite y la respuesta institucional es que se trata de un comportamiento comprensible, disculpable, profundamente humano porque ... la presión es la presión y porque cualquiera puede tener un mal día. Hombre, hasta ahí llegamos. Ahora quien manda ahí dentro del Ayuntamiento es el teniente de alcalde Emilio Aumente . A ver quién le tose. Que dimite y se fuma un puro a la espera de que la jefa lo llame a su regazo a pedirle explicaciones, o más bien a suplicarle compasión. Ahora que me despido pero me quedo, cantó el gran Joaquín Sabina hace una década y media. Pues eso. Que a este señor le tocan lo que no hay que tocarle y dice que se va a su casa, que es más acogedora, menos calurosa y más apacible que la Feria. Al subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado , se le cambió la cara cuando el socialista rebelde dijo en su presencia y delante de diez periodistas que no hacía falta que los bomberos le exigieran que dejara el cargo, porque dimitir ya dimitía él solo . Parecía al principio que sus palabras eran una broma, ni siquiera una bravuconada , pero resultó que no, que el edil iba en serio, que lo dijo para sumir todas las consecuencias... y para mandarle a la alcaldesa un caramelo envenenado para que lo degustara mientras se paseaba con el consejero de Cultura por las inmediaciones de la portada del Arenal .

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