La Merced de Córdoba ampliará su sede con nuevas dependencias entre su casa de hermandad y la parroquia

El hermano mayor, Pablo Jiménez, confirmó a ABC que la licencia para estos trabajos, de los que se informó en su momento a los hermanos, se había solicitado en enero de 2020, antes de la pandemia del Covid. No se ha concedido hasta ahora porque se habían solicitado distintos documentos necesarios durante el proceso.

Es un proyecto que ya está aprobado pero que, por el momento, puntualizó el hermano mayor, se mantendrá en un horizonte más o menos cercano, pero no inmediato, debido a la situación económica creada por la inflación continua, que ha provocado una subida continua en los presupuestos para realizar el trabajo. La hermandad tiene un préstamo concedido para poder financiar el trabajo cuando se decida.

Así, sigue en pie, pero la cofradía buscará el mejor momento para acometerlo. Como explicó Pablo Jiménez, la obra afectará a una casa que se sitúa entre el salón parroquial y el patio de la casa de hermandad. Para el que acceda al patio, se sitúan a la izquierda, mientras la casa de hermandad está frente a la entrada.

Son unas dependencias que la corporación utilizó en el pasado y que ahora tienen que volver a sus manos. Allí habrá un espacio para guardar las mesas de ensayos y los enseres que la corporación utiliza para el montaje de sus cultos.

La casa actual tiene dos plantas, pero en el futuro se ampliaría hacia arriba para construir una tercera, como ya tiene la sede. En este lugar habría un salón de actos en el que la hermandad podría realizar toda clase de actividades.

Comiencen las obras cuando comiencen, la hermandad sí buscará que no afecte a su estación de penitencia, de forma que se comenzarían justo después de Semana Santa, en abril o mayo, para que así no tener problemas para su salida y entrada.

La cofradía continúa así ampliando el espacio en torno al que siempre ha girado su vida social y de hermandad, y que ha servido además para la salida de todo el cortejo y de los titulares en Semana Santa, ya que la puerta de San Antonio de Padua no permite la salida de los pasos.

La reforma más ambiciosa fue entre 2003 y 2004, cuando se acometió la construcción, de nueva planta, de la actual casa de hermandad, situada frente a la puerta de salida. Allí no sólo están los pasos, sino también espacios de convivencia, el museo con los enseres y muchos espacios a lo largo de sus más de 500 metros, distribuidos en tres plantas. Están cedidos por la diócesis a la hermandad durante cincuenta años.

La casa también está conectada con la capilla donde ahora se venera al Señor de la Coronación de Espinas, y por lo tanto con el templo de San Antonio de Padua. Las obras fueron de tal envergadura que en el año 2003 la hermandad no podía contar con la casa y tuvo que llevar a sus titulares al patio del colegio de los Trinitarios.

Desde allí estaba previsto comenzar su estación de penitencia en aquel Lunes Santo, pero la amenaza de lluvia obligó a suspender esta procesión que habría sido singular.