Historia
El día en que el rey Fernando VII rezó ante San Rafael en Córdoba
El monarca estuvo en el Juramento hace 200 años en agradecimiento por las oraciones de los cordobeses por su libertad
El obispo de Córdoba pide a San Rafael que «nos dé todo el agua que pueda y más, pero sin ciclones»
Córdoba
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Iniciar sesiónLos cordobeses habían rezado a San Rafael para pedir la libertad del rey, y, cuando el monarca la recobró, visitó la ciudad para agradecerlo. El 25 de octubre de 2023 se cumplen 200 años de la estancia de Fernando VII en la ciudad y ... en concreto en la iglesia del Juramento de San Rafael. Era la culminación de una historia que había empezado dos años antes.
El rey al que llamaron en algún momento 'el Deseado' y la historia conocería como 'el rey Felón' estuvo preso desde el 15 de junio al 1 de octubre de 1823, en los últimos días del Trienio Liberal. Le habían aplicado el artículo 187 de la Constitución de 1812, la que se había aprobado en Cádiz, y lo habían declarado en estado de «impedimento moral».
Sucedió tras la llegada de los Cien Mil Hijos de San Luis, que querían, y consiguieron al final, restaurar el absolutismo en España. Los liberales se refugiaron en Cádiz con el rey preso, pero sus partidarios se movieron poco después para rezar por él.
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Como recuerda el cofrade e historiador cordobés David Pinto, lo hicieron desde el 4 de julio, cuando la imagen de San Rafael que se venera en la iglesia del Juramento se llevó a San Pedro, y desde allí se trasladó, junto con la Virgen de la Fuensanta y la urna con las reliquias de los Santos Mártires, hasta la Catedral. Era el 5 de julio de 1823, para pedir por la liberación del rey.
Las imágenes quedaron expuestas bajo el crucero, como recuerda David Pinto, y regresaron el 13 de junio. Lo hicieron con paradas en más de una veintena de conventos e iglesias, algunos de ellos desaparecidos hoy, y los recorrieron hasta el 4 de agosto. En todos los templos, dice el historiador, a San Rafael se le recibió con «volteo de campanas, hachas y música alegre».
Hubo cohetes en Santa Marta, colgaduras en el convento de las Nieves, fachadas iluminadas en los Dolores y luminarias de «fantástico efecto» en el convento de Jesús Crucificado y en la iglesia de San Juan de los Caballeros. Recorrieron conventos como el de Santa Inés o las Mínimas, pero también el de San Martín, donde ahora está el bulevar del Gran Capitán.
Al llegar a San Andrés, la Marquesa viuda de Villaseca «socorrió a los pobres de la collación con crecidas limosnas e iluminó la fachada de su casa por amor al ángel». Esa casa era el actual Palacio de Viana.
Un mes estuvo San Rafael fuera del Juramento y regresó el 5 de agosto de 1823. Se le recibió, cuenta David Pinto, con una fiesta con sermón, pero no quedaron ahí sus salidas extraordinarias. A Fernando VII lo liberaron el 1 de octubre y el Custodio salió otra vez en procesión el día 7, otra vez a San Pedro, y allí, de nuevo con la Virgen de la Fuensanta y la urna de los Mártires, se hizo una misa de acción de gracias.
En agradecimiento por las oraciones de los cordobeses y por la intercesión del Arcángel, Fernando VII y su esposa, María Josefina de Sajonia, visitaron a San Rafael, visitaron el Juramento y rezaron ante San Rafael el 25 de octubre de 1823. La historia sería mucho menos benigna con el monarca, que restauró el absolutismo con no poca represión.
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