El Patero del Viernes
Mutación
No lleva trípode, sino un estabilizador con un teléfono móvil encima, y no espera que el paso se detenga
Antonio Varo: Mileuristas
Antonio Varo
Un repaso al inconmensurable libro 'Tontos de capirote' del no menos inconmensurable Paco Robles me ha demostrado que las especies de esta peculiar fauna humana evolucionan mucho más deprisa que las que describió Darwin.
Veo, por ejemplo, que algunos de esos tontos ... se han extinguido por completo: por ejemplo, el tonto del radiocassette ya no existe ni como fósil, porque su prótesis sonora ha quedado en la vida real a la altura de los lampadarios de Pompeya. Otros, y es a lo que voy ahora, han evolucionado.
Es el caso del tonto del trípode: éste es una especie hoy en retroceso y define a un tipo −casi siempre respetuoso y casi siempre respetable− que, con el paso arriado, se coloca delante del mismo a hacer la misma foto que en años anteriores. En el último año se ha mutado en una especie muy peculiar y mucho más dañina: no lleva trípode, sino estabilizador de un solo poste con un teléfono móvil encima, no espera a que el paso se detenga para tomar sus planos, porque precisamente su especialidad es el cangrejeo.
El año pasado ya vimos a alguno, irrumpiendo cual elefante en cacharrería tanto en iglesias donde entraban procesiones 'de vísperas' como en calles estrechas en la Semana Santa de verdad. Y este año serán legión.
Al contrario de su predecesor, su especialidad es meterse entre las filas de los nazarenos y cangrejear con su palo en alto como si éste fuera una insignia electrónica del cortejo. Va ufano y feliz y se cree que hace vídeos maravillosos que luego soltará en las redes sociales.
Si se le reconviene o se le dice que se quite, no hace caso, se defiende diciendo que «estoy trabajando» (lleva un chaleco que pone algo) y encima viste cara de inocencia cuando no de desprecio. Su palo alto estropea decenas de fotografías y vídeos de quienes, respetuosa y respetablemente, quieren tomar sus planos desde fuera o desde la distancia, pero a él no le importa. Al contrario del tonto del trípode, sólo se quita de en medio cuando el paso y el cortejo están detenidos.
Cuando termina la Semana Santa, circula por la calle a bordo de un patinete, sin casco y en dirección prohibida cuando se digna usar la calzada. Pero lo suyo, más bien, es hacer eslalon entre los viandantes en aceras y calles peatonales.
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