El pulso del Gobierno con el inicio de la obra de La Colada prosigue

Desde 2018 y con la llegada del PP al Gobierno andaluz, el proyecto se retoma, se cataloga de interés autonómico, se actualiza y se contratan unas obras a las que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha levantado ahora la mano, puesto reparos y manifestado por voz de su presidente, Samuel Moraleda, sus dudas y discrepancias.

Mientras la Diputación de Córdoba, que espera la concesión de aguas para suministrarlas por esa tubería que falta, urge a dar el visto bueno al proyecto y ha dado respuesta a algunos reparos técnicos puestos sobre la mesa, desde la Consejería de Agricultura se ha esgrimido en estas semanas que durante la exposición pública del proyecto nunca se opuso con una alegación ni dijo nada el órgano de cuenca responsable. Ambos no salen de su asombro ante la postura del órgano estatal.

Y es precisamente en este punto donde el Gobierno vuelve a tensar la cuerda. A instancias de una pregunta en el Senado del PP, el Ejecutivo viene a responder que no presentar alegaciones en esa exposición pública no supone un 'sí' a las obras.

«La Junta de Andalucía sometió el proyecto a exposición pública el 16 de enero de 2023 sin que el resultado de dicho trámite condicione el sentido de la autorización al proyecto que debe formularse», recoge esa respuesta, a la que ha tenido acceso ABC y es de fecha 17 de diciembre.

El objeto del contrato incluye concluir los tramos de aspiración e impulsión, la estación de bombeo, la arqueta para la conexión existente y la de emergencia, el camino de acceso a la estación y las obras de suministro eléctrico. Además, se revisarán las conducciones que ya hay, pasados casi 17 años, y los depósitos que ni siquiera llegaron a ponerse en marcha o los sistemas de bombeo.

La Colada fue concebida como respuesta a la tremenda sequía de 1995 que puso en una situación muy crítica al Norte. Entonces se puso en marcha un enlace provisional entre Puente Nuevo y Sierra Boyera como remedio a unas carencias que este embalse de 58 hectómetros solventaría. La falta de la red secundaria de abastecimiento ha provocado que desde su inauguración en 2006 sea una especie de 'charca' en la que el agua no tiene flujos de recirculación y su calidad es más que cuestionable.