La población de la provincia se estanca en 2022 y la subida de la capital, con 2.423 residentes más, evita males mayores

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J. Pino

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Así, cuando arrancó el presente ejercicio, se contabilizaban en el conjunto de los 77 municipios de nuestro territorio 775.002 residentes. Son 108 menos que en el arranque de 2022, con lo que el descenso fue prácticamente imperceptible: -0,01%. El indicador es mucho mejor que el registrado en 2021, cuando en sus 365 días, el censo de la provincia menguó un 0,3% al perder 2.512 habitantes.

Ahora bien, tampoco hay demasiados motivos para lanzar las campanas al vuelo, porque lo sucedido aquí contrasta con el comportamiento que ha registrado el conjunto de España. En el global de la nación, 2022 se cerró con un crecimiento de los residentes del 1,3%.

A esto hay que unir que, si se rasca un poco bajo la media del congelamiento de los residentes en el último ejercicio del que hay datos, se observa que hubo 63 municipios en los que se dio descenso y sólo en 13 se produjo incremento -completó la lis Villaharta que calcó su censo el 1 de enero de 2023 respecto al que tenía en la misma fecha de 2022-.

Y fundamental para, al menos, haber logrado un mantenimiento de la población fue el papel de la capital. Nada más arrancar el presente ejercicio, se contabilizaban en ella 324.418 personas. Eran 2.423 más que 365 días antes, con lo que el aumento fue del 0,7%.

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, ya avanzó este mes, aunque con datos del padrón -es una fuente distinta a la del censo- que estaban a la espera de certificación oficial y se difunden también por el INE, que Córdoba había iniciado el presente ejercicio superando los 323.000 vecinos.

Esa cifra implica que ganó unos 4.000 mil habitantes en un año. El regidor indicó igualmente que es el mayor incremento de población que registra la ciudad de Córdoba, aproximadamente, en el último cuarto de siglo. El dato altera la dinámica de reducción de los residentes que viene dándose en los últimos ejercicios. El primer edil achacó este incremento del padrón «al dinamismo en la ciudad, la creación de empleo y la promoción de viviendas, porque también es importante crecer en nuevos barrios».

De vuelta al censo, hay que indicar que, aunque son conocidos son los problemas tradicionales que tiene Córdoba, por la crónica debilidad de su economía, para atraer población, hay que indicar que tanto en el conjunto de la provincia como en la capital hubo aumento del número de personas extranjeras afincadas en los dos ámbitos territoriales.

En el caso de la suma de sus 77 localidades, en el arranque de 2023, se contabilizaban 26.005 ciudadanos foráneos. Esa cifra implica un aumento interanual del 13,9%. Este colectivo aumentó en 3.170 residentes. Pero esa mejoría la absorbió por completo la disminución de la población nacional. De 752.275 españoles se bajó a 748.997. Es decir, el censo se redujo en 3.278 efectivos (-0,4%).

En cuanto a la capital, vivió un potente estirón de la población extranjera, con 2.099 habitantes más, para alcanzar los 11.357. Esa cifra implica que se dio un aumento interanual del 22,7%. Y los residentes españoles lograron, por su parte, un modestísimo aumento del 0,1% al contabilizarse 324 censados más, con lo que su cifra total subió a 313.061.

Por último, los tres municipios que tuvieron un peor comportamiento de su población total fueron localidades pequeñas. El mayor descenso en 2022 lo sufrió Iznájar, con una caída del 5,1% para quedar su cifra de residentes en 3.804. Santa Eufemia, un exponente de los problemas de despoblación del Norte, experimentó una merma de su censo del 3,1% y allí vivían al arranque de 2023 un total de 771 personas. Cerró el podio Valenzuela, que se dejó por el camino de los 365 días del pasado año un 3% de sus vecinos y su número quedó en 1.047.