Economía

El plan de ahorro 'enciende' los recelos y apaga los escaparates de Córdoba pero no de forma masiva

Medidas de eficiencia energética

Las medidas del Gobierno central se dejan sentir por primera vez en los edificios públicos o en el comercio, que se muestra crítico con ellas

Bares y tiendas de Córdoba, ante el reto energético: «Cerrar la puerta va en contra del negocio»

Cruz Conde, esta noche tras la hora del apagón de los escaparates ÁBC

Córdoba, como el resto de España, estrenó este miércoles el plan de ahorro energético, que, una vez hechas todas las aclaraciones por el Gobierno -excepciones para negocios como la hostelería, el comercio o los mercados municipales para el tope de refrigeración a ... 27 grados-, se dejó sentir básicamente en la temperatura de los edificios públicos y en el apagón de los escaparates a las diez de la noche.

Las cristaleras de las tiendas se fueron a negro y lo que se 'encendieron' fueron los recelos del comercio. El presidente de su Federación provincial, Rafael Bados, señaló a ABC que es necesario que este plan se aplique con «flexibilidad, tiempo y ayudas». Aseguró que «tiene un coste importante» afrontar el sistema de cierre de puertas obligatorio antes del 30 de septiembre y «muchísimos comerciantes no tendrán recursos para abordarlo». Pidió, por ello, que fondos Next Generation (de la UE) lleguen a los negocios de este área de actividad para afrontar esta medida y añadió que «no hay margen» para aplicarla antes del citado 30 de septiembre.

Reacciones

«Muchos comercios no tienen recursos para abordar el cierre de puertas automático»

Rafael Bados

Presidente de Comercio Córdoba

Sobre el apagón de los escaparates a las 22.00 horas, consideró que en este plan de ahorro hay «un café para todos» y que, cuando el Ejecutivo central adoptó esta decisión concreta, no tuvo en cuenta, por ejemplo, los horarios diferentes de cierre que puedan tener las distintas áreas comerciales.

Hablan los comerciantes

En la calle Cruz Conde, los recelos de la patronal se materializaban a pie de tienda. Francisco Muñoz, dueño de Toril (calzado y moda), afirmaba que «no he hecho ningún cambio en la temperatura». Cuando se le preguntaba por la necesidad de que las puertas queden cerradas o el apagón de escaparates, aseguraba que esas medidas le parecen una «gilipollez. Deberían haber tomado otras antes que ésas».

A unos metros, en Garbo Complementos, su propietaria, Nieves Gallego, estaba satisfecha con que los comercios esquiven el tope de los 27 grados. Añadía que le están presupuestando una puerta acorde a la nueva normativa. «Si me sale muy caro, no la pondré», confesaba y, pedía que «a los autónomos nos den algunas ayudas si tenemos que hacer cambios en el local» por este plan.

El recorrido se acababa en Calzados Salvador. Allí, Salvador Luque indicaba que tienen el aire «a 25 grados, 26 o 27, una cosa que se pueda tolerar. Que la factura de la luz es brutal». «Anteayer acabamos de poner toda la tienda de led. Ya no por el ahorro energético, sino por el propio. Porque el ahorro energético del Gobierno me hace gracia. Dice que no nos pongamos corbata. Increíble las cosas que plantean para una crisis», dijo en tono crítico.

En su caso, llevan apagando el escaparate a las 20.30 horas, cuando cierran, durante los últimos tres años como «protesta porque Cruz Conde no tiene luz».

Cuando llegaron las diez de la noche, los escaparates se tiñeron de negro o ya lo estaban antes —ahora hay tiendas de vacaciones o cerradas por la tarde—. Pero el termómetro de Cruz Conde señalaba que a esta medida concreta aún le falta recorrido.

Dominaban las cristaleras apagadas, pero no de forma apabullante. No obstante, fue la prueba visible de que la guerra de Ucrania afecta a toda Europa. De darle al botón de 'off' a esa hora se libraron los monumentos, que se aclaró que podían seguir iluminados al caer el sol.

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