ContraMiradas
María José Polo, vicerrectora de la Universidad de Córdoba: «La ciencia salvará al planeta»
Entrevista
La humanidad afronta retos decisivos en las próximas décadas. María José Polo lo sabe bien. Es experta en gestión del agua, un elemento vital que peligra
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Córdoba
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Iniciar sesiónEs la una del mediodía del viernes. El único hueco que nuestra entrevistada ha podido despejar en su endiablada agenda. Enfrente tenemos a la vicerrectora de Política Científica y una de las más relevantes expertas en gestión de agua. No hablamos de cualquier ... cosa. Hablamos de uno de los desafíos planetarios más inquietantes del futuro en una de las regiones amenazadas por el calentamiento global. Pero antes una parada en la actualidad.
-Una isla de 50 toneladas de toallitas húmedas apareció en el Guadalquivir hace escasos días. ¿Qué estamos haciendo mal?
-No estamos siendo capaces de trasladar la importancia de nuestras medidas para que los ciudadanos acabemos cambiando el comportamiento. Una familia que sustituye papel higiénico por toallitas húmedas debe tener cultura y responsabilidad suficiente para saber que no deben acabar en el saneamiento de agua de la ciudad.
«Nuestros ríos están perdiendo biodiversidad y llevan contaminantes que no se eliminan»
-¿Es más difícil cambiar el comportamiento de los ciudadanos que el de los gobiernos?
-Esa pregunta es difícil. Los gobiernos también son seres humanos.
-¿Cómo anda de salud nuestros ríos?
-No muy bien, pero mejor que hace 30 años.
-La señal de las toallitas es muy inquietante.
-Mucho. Se ha avanzado en la salud de los ríos en comparación con los ochenta. El agua que vertemos es más limpia y tiene menos elementos sólidos, pero hay que avanzar. Los ríos están perdiendo biodiversidad y en nuestros residuos hay contaminantes que no se eliminan: medicinas, cosméticos, detergentes.
-¿Eso es imparable?
-No. Pero exige una voluntad decidida de los gobiernos y las entidades que mueven la economía. Como ciudadanos hay cosas que podemos hacer: no usar el cauce público de vertedero.
-¿Cuál es la principal amenaza para la cuenca mediterránea?
-En un contexto probado de incremento sostenido de la temperatura media, nuestras cuencas son deficitarias 'per se'.
-Nos falta agua.
-Hemos sido unos técnicos maravillosos desde el inicio de la civilización y hemos utilizado la inteligencia para adaptarnos a un clima altamente variable. Andalucía es una de las regiones con más déficit hídrico y, sin embargo, somos una economía que vive de agricultura de regadío y turismo de verano. Eso es un milagro tecnológico. Pero es insostenible si seguimos creciendo.
-Y seguimos creciendo.
-Y seguimos demandando crecer. Ahí es donde todos tenemos que aportar.
-¿Hay que cambiar el modelo?
-Hay que cambiar el modelo. Lo llevamos diciendo muchos años.
-¿Y estamos dispuestos?
-Esa pregunta no tiene una respuesta única. Hay sectores que están convencidos y una parte de los ciudadanos también. Pero claro: todo lo que implica tocar la economía y los empleos genera una inquietud legítima y natural.
-¿Escuchan a los científicos?
-No tanto como nos gustaría, porque las tomas de decisión política y las de los avances científicos tienen riesgos diferentes. Mi trabajo no se ve afectado porque diga que hay que cambiar el modelo de gestión del agua. ¿Por qué? Porque soy una científica de una universidad pública y soy independiente.
-Hasta cierto punto.
-No. Bastante independiente. Es cierto que no voy a lograr financiación para mi investigación si no hay una línea que reciba financiación, pero el problema no está ahí.
-¿Los científicos que trabajan para empresas privadas lo son?
-Yo eso no lo sé. Ni creo que el problema sea ese.
-Un informe del grupo de expertos del cambio climático augura un descenso pluviométrico de entre el 5% y el 20% en la cuenca mediterránea. ¿Vamos haciendo las maletas ya?
-No hace falta hacer las maletas.
-Si en el futuro desciende la lluvia y se incrementa el gasto del agua...
-Es que no lo vamos a poder incrementar. Si queremos seguir gastando lo que gastamos hoy es apostar a que nadie va a tener nada mañana. Si apostamos en ver cómo reducimos entre todos, a lo mejor todos seguimos teniendo algo mañana.
«Nuestro modelo de gestión de agua es insostenible si seguimos creciendo»
-¿Qué podemos hacer?
-No poner todos los huevos en la misma cesta. Los expertos dicen: diversifiquen. ¿Por qué? Porque se minimiza el riesgo. El beneficio máximo a corto plazo nos lleva a la situación que tenemos.
-Más datos: España tiene un tercio menos de agua embalsada que la media de la última década.
-No es la primera vez. Y seguirá pasando. Sobre todo, si seguimos consumiendo. El año pasado se tituló en prensa así: «La ausencia de lluvia vacía los embalses». Es un titular que impacta.
-Pero no es cierto.
-Claro. El exceso de consumo es lo que vacía los embalses.
-Los agricultores no le tendrán mucho cariño.
-Quiero pensar que sí. Siempre que hablo de este tema, digo que los agricultores no son los responsables.
-Consumen más del 80% del agua.
-Sí. Ellos son usuarios. Yo me pongo en su lugar y tienen su derecho legítimo a defender su derecho de uso y su trabajo. El mensaje no es contra ellos. El mensaje es que entre todos podamos seguir teniendo agricultura de regadío sostenible en el futuro.
«La política es necesaria. El drama es que tenemos una percepción nefasta de ella»
-¿Sobra regadío o falta eficiencia?
-No es que sobre regadío: es que tenemos más regadío del que vamos a poder abastecer de manera segura todos los años. Y eso va a ser un problema para los propios agricultores de regadío. El año que no hay agua y se prohíbe regar, las pérdidas son mucho mayores. No hemos diversificado lo suficiente. La cultura mediterránea tenía viñas, olivos y almendros, pero en secano. Ahora las hemos convertidos en especies poco resistentes al secano.
-Un foro científico se ha reunido en Córdoba la semana pasada. Una de las conclusiones fue pedir que las soluciones ante la escasez de agua lleguen a todo el mundo. ¿Usted qué cree?
-Tengo que creer que podemos hacer que lleguen a todo el mundo. En algunos puntos del planeta no tienen depuradoras, ni acceso al agua, ni embalses. La comunidad científica es más potente en los países con más medios. Tenemos que pensar en global.
-Si la abundancia no llega hoy a todo el mundo, ¿por qué va a llegar mañana la escasez?
-La escasez ya ha llegado. Hay sitios donde no han salido de la escasez.
-Nos igualaremos en la escasez.
-No lo creo. Estamos reaccionando. Está ahí la tecnología y el conocimiento. Sí quiero pensar que se ha avanzado mucho en la lucha contra la desigualdad. ¿Hasta dónde somos capaces como sociedad avanzada de renunciar para que otros se nos acerquen? Ese es el problema ético.
-¿Y cuál es la respuesta?
-Yo no sé cuál es la respuesta. Probablemente sea una utopía, pero quizás debamos tener identificadas algunas utopías para acercarnos un poquito.
-Dice el experto Elías Fereres: «La agricultura andaluza es un ejemplo para el Mediterráneo».
-En el sentido de saber aprovechar lo mejor de nuestro conocimiento, no solo para diversificar cultivos, sino para aumentar la eficiencia de la gota de agua. Y así es. Ahora bien: la economía basada en una actividad que depende del agua y tiene picos extremos de demanda, eso hay que integrarlo en un modelo económico más diverso.
-Usted dice: «Dedicarme a la ciencia es un lujo». Díganos por qué.
-Porque me encanta.
-¿Qué le ha enseñado la ciencia?
-A tener una amplitud de miras mucho mayor. Tienes la oportunidad única de aprender lo diversas y lo dinámicas que son las cosas.
«Quiero pensar que se ha avanzado mucho en la lucha contra las desigualdades»
-Y ahora ha cambiado la ciencia por los despachos.
-No me diga eso que me deprimo.
-Me ha recibido usted en un despacho. No en un laboratorio.
-Así es, pero mi laboratorio era el campo. He cambiado dedicar la mayor parte de mi tiempo a hacer ciencia por intentar mejorar el contexto de la ciencia. Pero sigo en ciencia. Quiero creerlo.
-¿Y qué ha venido a revolucionar en el Rectorado?
-Revolucionar es muy pretencioso. Yo quiero mantener la estela de la apuesta por el talento investigador. Me gustaría consolidar las distintas figuras posdoctorales y que ese talento se pueda consolidar aquí con un empleo estable y de calidad. La investigación la hacen los investigadores.
-También ha dicho: «Deseo que la ciencia sea la base firme de las decisiones de nuestros gobiernos». ¿No lo es?
-No.
-¿Más ciencia y menos política?
-No. La política es necesaria. El drama es que la mayor parte de los ciudadanos tenemos una percepción de la política como algo nefasto. Y eso hace que gente talentosa no le apetezca meterse en política.
-¿La ciencia salvará al planeta?
-Estoy convencida.
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