ver y mirar

Diálogo interreligioso

Jóvenes de las cuatro confesiones, que disertarán sobre la experiencia de Dios el 13 y 14 en Córdoba

Covap, un ejemplo

Escaleras al campo

La sociedad actual, tecnológica, ya casi artificialmente inteligente, global para depende de quién y qué, desigual por tanto, compleja y en cambio constante, plural, multiétnica, intercultural, plurireligiosa, plantea la necesidad de respuestas a sus continuos desafíos y personas que sepan mirar la realidad, ... interpretarla y dar soluciones verdaderas, libres, justas, acordes con las aspiraciones de la humanidad de vivir en unidad y paz.

Córdoba será escenario de una iniciativa valiosa, esperanzadora y simbólica en sí misma. La diócesis de Córdoba, la Junta Islámica, la Federación de Comunidades Judías de España y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas-Ferede han organizado, los próximos días 13 y 14, las II Jornadas Interreligiosas 'Espíritu de Córdoba', bajo el lema 'Jóvenes y espiritualidades', con el objetivo de propiciar el conocimiento y el diálogo interreligiosos, dando voz a jóvenes de las cuatro confesiones, que disertarán sobre la experiencia de Dios y la transmisión de la fe, el compromiso para crear una sociedad más solidaria, el amor, internet y las redes sociales.

Conocimiento y diálogo son dos elementos fundamentales en el camino del encuentro. El conocimiento mutuo es el único antídoto contra el miedo, que hace sentirse a las personas y las sociedades recelosas, amenazadas e inseguras. Pero no se encuentran quienes no se reconocen. El encuentro surge del diálogo y de estar dispuesto a aceptar que los demás tienen algo que decirme. Supone querer conocer al otro para afirmar valores comunes y crecer en el respeto. No es cierto, en defensa de una amordazada libertad, que la convivencia solo sea posible en un territorio neutro, en el que haya que esconder las propias convicciones, la identidad o la pertenencia religiosa. No pueden surgir verdaderas relaciones si se excluye de ellas, y no se comparte, lo que constituye lo más íntimo y esencial del propio ser.

En este contexto, la experiencia de fe y las diversas religiones tienen mucho que decir y deben hacerlo. El Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar dejaron escrito en el Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia, que «la fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar», de manera que, sin la conciencia de fraternidad, es imposible la construcción de un mundo justo y en paz.

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