CÓRDOBA ENTRE LÍNEAS
Juana Martín: «Lo cambiaría todo por volver a vender con mi padre en la furgoneta»
entrevista
Regresa en dos semanas a la 'Haute Couture' de París, donde presentará la colección 'Inspiración' y lucirá la Medalla de Oro de las Bellas Artes
Palomo Spain: «En la vida me guía un ansia de libertad absoluta»
Córdoba
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Iniciar sesiónJuana Martín (Córdoba, 1974) está preparando las maletas para participar en la 'Fashion Week Haute Couture' de París, que empieza el 30 de este mes, y cuya pasarela pisa desde 2020, de manera que fue entonces la primera mujer española que participó en ... la cita. «Vamos a presentar la colección Primavera-Verano, que se llama 'Identidad', y que creo que es algo que se está perdiendo y que nosotros reivindicamos», subraya quien fue merecedora a finales del pasado mes de diciembre de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que otorga el Consejo de Ministros. Con esta distinción, la diseñadora del barrio de San Pedro cerró un ejercicio fructífero en el que la revista 'ELLE' la premió con su 'Woman Award': en 2023 tampoco le fue mal, porque 'Harper's Bazaar' le concedió el título de 'Women Of The Year'.
El éxito y el reconocimiento internacionales no le han hecho olvidar sus orígenes: antes al contrario, la han anclado aún más en su raíces familiares.
-Si le pregunto qué es la belleza qué me responde.
-Si me preguntan qué es la belleza para mí, personalmente, a día de hoy... Es ver a mi hijo feliz. Para mí es la mayor belleza que existe. Levantarse por la mañana y ver su sonrisa y su alegría es para mí... Para mí ésa es la belleza real, ¿no? Y si me habla profesionalmente, le diré quizá miramos la belleza en el mundo de la moda desde un punto de vista en el que generalmente siempre queremos que todo sea perfecto. Pero en todos estos años de carrera he aprendido que la belleza se plasma mucho desde el interior: si tu alma es bonita, tu exterior también es bonito. Entonces, cualquier cosa que te pongas, al final lo llevarás con gusto, con clase, ¿no?
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-¿Cuánta belleza hay en Córdoba?
-Muchísima. Córdoba tiene una belleza que muchas veces los cordobeses no somos dignos de ella porque no la valoramos; quizás no la queremos como deberíamos quererla, no la llevamos al sitio que se merece porque tenemos esta forma o esta idiosincracia de sacar siempre la parte negativa en vez de la positiva. Pero, sí, Córdoba es una ciudad con muchísima belleza.
-Usted, que tiene un recorrido internacional ya importante en su profesión, ¿cuál cree que es la diferencia entre lo que inspira Córdoba y lo que lo hacen otras ciudades, como Madrid o París?
-París es una ciudad que cada vez que la visito me gusta más, o veo cosas que antes no veía en los mismos sitios a los que iba, porque te deslumbra. Y también está Italia: he tenido el privilegio de estar en Roma, Italia, Venecia… Pero Córdoba tiene una historia increíble y realmente nos aporta muchísimo: mires el rincón de Córdoba que mires.
-¿Y cuánto hay de todo eso en sus trajes?
-Más de lo que yo quisiera, ¿eh? Porque al final hay una guerra ahí interna, ¿no? Yo a Córdoba la amo. Yo tengo unas clientas magníficas de toda la vida que al final han crecido conmigo y yo con ellas, y eso significa amar a mi gente por encima de muchas cosas, ¿no? Pero luego hay otra parte de... de... no sé, guerras internas, llamémoslas así, donde nadie es profeta en su tierra.
-¿Cómo saca una diseñadora de moda el gusto estético de un cuerpo que no es objetivamente bonito?
-Conociendo a la persona. Mire, muchas veces tenemos los estereotipos, sobre todo cuando trabajas en moda, en altura, en elegancia, en figura. Cuando ves la belleza interior, cuando conoces a la persona ella te transmite algo que no es solamente la belleza física, el exterior, sino que va mucho más allá. Quizás en mi carrera, después de veinticinco años, he aprendido a intentar conocer a las personas. Hay veces que la persona tiene un poco más de peso de lo habitual pero con la misma gracia o el mismo encanto que cualquier persona, porque te transmite alegría, te transmite dinamismo, te transmite belleza, porque los cánones de hoy en día, gracias a Dios, no son los estereotipos de una modelo perfecta, sino que ahora vemos muchísima gente que no es perfección y que también desfila: muchas veces te transmite más que la belleza de lo que realmente ves.
-¿Qué siente la niña que usted fue, y que iba con sus padres a los mercadillos a vender telas, cuando se ve en las pasarelas más importantes del mundo?
-Hoy por hoy cambiaría todo lo que soy, todo lo que he hecho, la Medalla de las Bellas Artes, por tener a mi padre aquí y seguir en esa furgoneta con él para ir a vender al mercadillo. Lo cambiaría todo por eso, sería la persona más feliz del mundo. Mi padre fue muy trabajador y hemos sido una familia muy unida. Nosotros hemos vivido bien, sin ajustes económicos: hay otras personas que las criaturas trabajan y no les va igual, pero mi padre era una persona con una gracia, con una estrella, como decía él. Y bueno, pues hemos tenido una infancia feliz: sin riqueza pero felices.
«Córdoba tiene una historia increíble y realmente nos aporta muchísimo: mires el rincón que mires»
-¿Con Palomo Spain se lleva bien?
-Bueno, es amigo, y yo generalmente me llevo bien con todo el mundo.
-Él decía en una entrevista en este periódico hace unos meses que con la moda él buscaba la libertad absoluta.
-Bueno, quizá él busca esa forma de tener esa libertad sin tener prejuicios. Yo más o menos pienso lo mismo. Yo siempre he intentado, quizás de un modo inconsciente, estar por encima de del racismo, de la xenofobia.
-Porque eso le ha dolido, lo ha sufrido, ¿no?
-Mire, yo no lo he sufrido como tal.
-¿Pero le da rabia que le recuerden que usted es gitana?
-No, para nada, para mí yo estoy plenamente orgullosa de ser quien soy, de venir de donde vengo, porque entonces si no estuviera orgullosa renegaría de mi familia, de mi padre, de mi madre, de mis abuelos. Al contrario, para mí es un orgullo. No todo el mundo puede ser gitano: yo sí he tenido esa suerte. Pero es verdad que no soy el estereotipo de gitana que la gente puede pensar.
-Para crear, para diseñar un traje, un vestido, ¿hay que tener un sentimiento de insatisfacción con el mundo?
-Pues mire, no le puedo decir si es insatisfacción con el mundo. Al final, para mí, lo que es diseñar algo, tener tu momento de creatividad es una necesidad de sacar algo. Es como el que pinta, ¿no? Cuando diseñas, tienes tu época buena, tu época mala, tu época triste. Yo he tenido una época muy triste, muy triste: mi padre cayó enfermo y viví una etapa muy caótica, muy caótica, muy caótica... Es más, yo me veo en entrevistas en esa época y pienso que no era yo: no tenía alegría en la cara, no tenía alegría en los ojos. Una barbaridad... Sí se notaba, se notaba, se notaba... Pero de alguna forma el trabajo fue mi refugio para evadir un poco la situación que estaba viviendo por la enfermedad que padecía mi padre.
El trago de Invercaria
-¿Cómo sufrió el mal trago del proceso judicial de Invercaria, del que acabó saliendo absuelta?
-Mire, yo siempre he sido fiel a mis principios, y cuando una sabe que no ha hecho absolutamente nada que fuera a propósito, o que buscara algo negativo...
-¿Nunca tuvo miedo de la justicia?
-Nunca había ido a un juzgado en mi vida. Le puedo asegurar que nunca tuve ese miedo porque yo no había hecho nada. Lo que más me impresionaba era que la gente hablaba desde el desconocimiento, y no por mí, sino por mi familia. La gente se olvidaba, sobre todo la prensa, de que yo tenía padre, de que tenía madre, de que tenía familia. Yo me enteraba siempre por la prensa de todo. O sea, mi abogada se enteraba por la prensa. No sé cómo... Siempre había filtraciones. Fue doloroso por mi familia, porque durante catorce años me tuvieron siempre ahí, con mi nombre en los titulares: en Invercaria había muchos nombres; había muchísimos más casos que el mío, pero la cabeza de turco era yo..
-He leído que usted es la primera diseñadora de moda del mundo con una televisión propia.
-Sí, bueno... La llamamos televisión pero en realidad es una OTT: es como, si dijéramos, un Netflix propio, para que todo el mundo lo entienda de qué se trata. Y todo eso es gracias a una empresa ingeniosa, cordobesa, Interactvty, que ahora mismo es pionera en las OTT, con en esa calidad y en ese nivel que tienen en todo lo que hace. Esta aplicación tiene disponibles unas interacciones que superan a lo que habitualmente nosotros entendemos por OTT. Interactvty ahora mismo es pionera y está prácticamente en todo el mundo: tiene un futuro impresionante.
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