Rogativas para el sol

Aceptando el siglo XV como fecha para las primeras procesiones de Semana Santa y los primeros Vía Crucis, las procesiones de rogativas son mucho más antiguas. Antes de esa centuria y del posterior estallido cofrade e imaginero de la Contrarreforma y del Barroco, surgen fruto de la estrecha relación entre religiosidad popular y pedir intercesión divina ante epidemias, sequías, inundaciones, guerras y otras desgracias, «causadas por las faltas del pueblo». La tradición nos cuenta que la primera se debe a san Mamerto, obispo de Viena mediado el siglo V, quien la organizó tras un terremoto y con el pontificado de san Gregorio Magno, en 590, se fijaron las fechas de su celebración. Con el paso de los siglos se convertirían en algo muy recurrente para la sociedad pues, con el auxilio y dirección de la Iglesia, les servirían para solicitar la ayuda y protección celestial, a través de las imágenes devocionales, contra todo tipo de calamidades.

Los datos en Córdoba, recopilados por David Pinto, cofrade y escritor, dejan ver que el pueblo acudió a San Rafael por las pestes y las sequías desde 1602. Virgen de Linares, Virgen de la Fuensanta, Virgen de los Dolores, Cristo de Gracia, Jesús Nazareno y Jesús de Pasión, también fueron objeto de procesiones de rogativas, la primera especialmente en 1808 con motivo de la invasión francesa. En Cabra, las procesiones de rogativas por la lluvia tienen como protagonista, cómo no, a la Virgen de la Sierra. Las últimas, en 2017 y 2023, acompañando a la patrona con la Salve del poeta egabrense Juan Soca Cordón: «Agua te piden tus hijos. / Agua de lluvia benéfica. / Agua de abril que fecunde / el pan de nuestras cosechas».

Por toda España, las rogativas para lluvias se realizaban en el tiempo comprendido entre las festividades de San Marcos (25 de abril) y San Isidro (15 de mayo), período crítico para la esperada cosecha. Pero Galicia, región lluviosa por excelencia, nos aporta otro tipo de procesiones de rogativas: las que se hacían para que dejara de llover y obtener buen tiempo. Fíjense ustedes que igual deberíamos plantearnos, aquí y ahora, rogativas para que vuelva el sol.