Desde mi rincón

Es nuestra responsabilidad

Si ignoramos la realidad, en el futuro nos vamos a tener que tragar las consecuencias

José Luque

Córdoba

Reflexionar en una columna sobre un informe de 109 páginas, elaborado por la Intervención del Ayuntamiento de Córdoba, en cumplimiento del control permanente que debe hacerse sobre las actuaciones realizadas en distintos expedientes de contratación tramitadas por el Área de Infraestructuras durante 2020, es ... complicado. Intentaré hacerlo porque creo que es de interés para los lectores conocer con detalle la gestión y que el Ayuntamiento hace de nuestros impuestos.

El informe tiene por objeto opinar sobre si esos expedientes de contratación se ajustan a derecho, sin son financieramente razonables y si se corresponden con una buena gestión. Tras una amplísima, exposición, concluye diciendo que existen un buen número de salvedades. En auditoria las salvedades representan excepciones o desviaciones en el funcionamiento de cualquier organización.

En este caso, referidas al Área de Infraestructuras del Ayuntamiento. De entre las salvedades expuestas resalto la siguientes: Fraccionamiento de los contratos; incumplimiento de las instrucciones establecidas por el propio Ayuntamiento; saltarse el principio de competencia; incumplir con la necesaria publicidad; discrepancias entre los proyectos de obra, los presupuestos y las mediciones, y entre todos estos y la realidad física; incumplimientos en la ejecución de las obras; así como sobrecostes en varios proyectos. Sobran comentarios y faltan aclaraciones por parte del máximo responsable de la Institución Municipal.

No hay excusa para que los contribuyentes no conozcamos con absoluta certeza, aparte de las posibles resoluciones judiciales que puedan derivarse, el daño que estas desviaciones han podido originar en los presupuestos, en la calidad de los servicios que pagamos o en ambas cosas, así como de quién es la responsabilidad.

Los contribuyentes de Córdoba debemos tener claro que si ignoramos la realidad, en el futuro nos vamos a tener que tragar las consecuencias que esa ignorancia pueda originar. Es nuestra responsabilidad exigir a los representantes políticos, como servidores públicos que son, que cumplan con la suya.

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