Desde mi rincón
Un gran alcalde
Conocí poco a Julio Anguita, pero creo que lo último que querría es que su nombre generase polémica en Córdoba
Gestión y consecuencias
Es el tocomocho
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónDice el artículo 6 de nuestra Constitución que «los partidos políticos expresan el pluralismo político». Quien firma esta columna está convencido que sin partidos no es posible la democracia. Pero igualmente creo que la sola existencia de partidos no garantiza una democracia plena. ... Cuando los partidos no expresan la opinión o el sentir de sus votantes, bien sea porque no saben o porque no quieren, se hacen responsables del fracaso de las democracias. Y las democracias fallidas polarizan a la sociedad y son caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de los populismos. Populismos que generan dictaduras disfrazadas de democracia, muerte de las libertades, ruina económica a largo plazo y violencia social.
Lamentablemente, con frecuencia los partidos actúan pensando en sus intereses particulares a corto plazo más que en el sentir de sus representados. Actuando así se hacen responsables de las consecuencias que acabo de exponer. ¿Por qué digo esto?
Hace pocos días, un enorme monolito en la Plaza de las Tres Culturas junto a la estación nos anuncia que a partir de ahora esta llevará el nombre de Julio Anguita. No entro en juzgar si es el nombre más adecuado para la estación. Con seguridad habrá opiniones para todos los gustos. Y todas serán respetables y por ello deben ser respetadas.
Lo que me pregunto y pregunto a mis lectores es si en este preciso momento en el que la sociedad española padece una de las polarizaciones más graves y peligrosas de nuestra reciente historia, poner el nombre de un político tan señalado como fue Julio Anguita en algo tan importante para una ciudad como es la estación, une o genera división en la ciudadanía.
Bastaría con oír los debates del Parlamento nacional o Plenos municipales para saber que, a falta de argumentos y soluciones a los problemas reales de los ciudadanos, las formas usadas por los políticos para descalificarse unos a otros y otros a unos, hacen que los votantes de unos y otros estemos de políticos hasta las narices.
Por eso barrunto que quienes con sus votos hicieron posible la mayoría política que actualmente gobierna el Ayuntamiento de Córdoba, puede que no acepten de buen grado que, aunque puede que merecido, en estos precisos momentos sea el nombre de un político tan destacado el que de nombre a la estación de Córdoba. Una vez más la Córdoba oficial actúa a espaldas de la Córdoba real.
Conocí poco a Julio Anguita. Pero creo que lo último que querría es que su nombre generase polémica en Córdoba. Por eso y dando pecho a lo hecho, busquemos algo que, sin menospreciar a nadie, cancele debates. Propongamos que el aeropuerto de Córdoba lleve el nombre del alcalde que lo hizo posible y lo inauguró. Aeropuerto Córdoba-Antonio Cruz Conde. ¡Un gran alcalde!
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete