desde mi rincón
Gestión y consecuencias
Si los partidos no responden de que los que presentan en sus listas sean personas honradas, más cerca está el día en el que los españoles perdamos su confianza
Es el tocomocho
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Iniciar sesiónEn su artículo 'Datos de audiencia', mi admirado amigo José Calvo Poyato expone a nuestra reflexión, la goleada que Antena Tres, entrevistando a Bertín Osborne, le ha metido a las tres televisiones públicas departiendo con el presidente del gobierno. A nadie debería extrañar. España es ... el país europeo que más desconfía de su clase política. Siete de cada diez españoles no se fían de ellos. Para qué oírlos si lo que dicen nunca es cierto y lo que prometen nunca lo cumplen. Eso debería cambiarse cuanto antes.
Y no es tan complicado. Sólo hay que buscar políticos decentes y eficaces y ponerlos como ejemplo. Políticos que no salen mucho en televisión, ni son del gusto de los líderes de los partidos.
Permitidme que exponga lo que para mí es un ejemplo de cómo gestionar un ayuntamiento. Estepona es un pueblo de Andalucía con 78.500 habitantes. En las elecciones de 2011 se presenta para alcalde un ciudadano con un amplio currículo profesional y un largo historial fuera de la política, obteniendo una mayoría absoluta.
En las elecciones siguientes, año 2015, consigue la confianza del 60% de los votantes. Vuelve a presentarse en 2019 y obtiene el voto del 70% de los ciudadanos. En 2023 revalida la mayoría absoluta con el 61% de los votos. Ante esta rara realidad me pregunto, ¿qué hace este buen hombre para ganarse la confianza de los ciudadanos de esa holgada manera?
Recientemente ese alcalde ha expuesto ante su pueblo balance de su gestión. Desde el primer día, Mayo 2011, se puso manos a la obra para suprimir cuantos gastos improductivos e inútiles había en el municipio. Y lo hizo sin que le temblara la mano.
Alquileres de locales vacíos; parque móvil descontrolado; contratos de servicios con precios superiores a los del mercado; supresión de sociedades municipales innecesarias; teléfonos móviles a mogollón; órganos administrativos que duplicaban la gestión; y cargos políticos claramente prescindibles.
Esos, entre otros, fueron sus frentes de batalla. Sin olvidar que la primera decisión que tomó fue la de renunciar a su sueldo como alcalde para vivir de su actividad profesional. Las consecuencias de esa gestión son las que son. Un pueblo con más inversores; con más ingresos si necesidad de subir impuestos; con servicios públicos de calidad; con la deuda de 304 millones que se encontró totalmente cancelada; sin intereses que pagar; y con la confianza de su pueblo.
Hace unos días se anunció que el Ayuntamiento va a aplicar una rebaja del 20% a los recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Esa es la gestión y esas son las consecuencias.
Actualmente siete de cada diez españoles desconfían de los políticos. Si los partidos no responden de que aquellos que presentan en sus listas sean personas preparadas, honradas y con capacidad para administrar digna y eficazmente nuestros impuestos, cerca está el día en el que los españoles perdamos la confianza en el sistema de partidos.
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