Desde mi rincón
«Ca uno es ca uno»
Puede que la inteligencia artificial sea la culpable de que algunos ciudadanos celebren el triunfo de una batalla sin garantía de ganar la guerra
José Luque: Hablar clarito
Se atribuye al diestro cordobés Rafael Guerra Bejarano 'Guerrita' la frase «ca uno es ca uno». La recordé al ver como todos los partidos celebraban el triunfo en la noche electoral. Sólo uno, el injustamente proscrito, dejó entrever su fracaso. Otro festejó el triunfo por más que buscando sumar consiguió restar ... . Para mi todo era incomprensible. Viendo la multitud que aplaudía a quienes festejaban algo que yo no comprendía, apagué la televisión y me fui a la cama recordando otra frase del torero: «Hay gente pa tó».
Pasados dos días de aquel incomprensible espectáculo, leo un artículo que me ha hecho entender muchas cosas. Lo escribe en ABC Córdoba mi admirado amigo José Javier Amorós. Su título: «Periodismo artificial». Con sabias palabras viene a decir que cuando interpretamos las noticias para escribir nuestras opiniones, por mucho que nos empeñemos no podemos dejar de ser subjetivos, cosa que nos hace superiores a las máquinas.
Puede que esa inteligencia artificial tan valorada en nuestros días sea la culpable de que algunos ciudadanos celebren el triunfo de una batalla sin garantía de ganar la guerra. O que otros aplaudan, algunos de manera rabiosa, de que los contrarios han perdido la guerra, cuando sólo se ha celebrado la primera batalla.
Leyendo el artículo, he comprendido que quienes festejaban un triunfo inconcebible para mí, eran seres manejados por una máquina de inteligencia artificial programada por los equipos humanos que tiene los partidos y que buscan, sin limitación alguna, enajenar las mentes de quienes están dispuestos, a cambio de promesas muchas veces imposibles de cumplir, a olvidarse de que tienen inteligencia natural. Es la única explicación para comprender un espectáculo tan extraño como el que vimos la madrugada del 23J.
Si los españoles nos negásemos a entregar a esas máquinas políticas nuestra inteligencia natural, España sería grande entre los grandes y los españoles los más felices del mundo. Pero viendo lo que veo, por ahora sólo confío en el aceite de esta tierra y en el vino de mi pueblo, Montilla.
Ver comentarios