Allí empezó todo

Navarro es Santos Cerdán, el hasta hace unos días secretario de organización del PSOE y hombre de confianza de Pedro Sánchez. Todo apunta a que con él, en Navarra, como la semilla que sembró Navarro Villoslada con su 'Amaya', se iniciaban cuestiones que han tenido gran influencia en los últimos años de la política española. Fue quien negoció con Bildu, los herederos ideológicos de ETA, acuerdos de gobierno que le han entregado la alcaldía de Pamplona, a cambio de que la socialista María Chivite se convirtiera en presidenta de Navarra. También ha sido quien, gozando de la plena confianza de Pedro Sánchez, se desplazaba a Waterloo para negociar con un prófugo de la justicia la investidura de presidente del gobierno para Sánchez, a cambio de lo que hasta entonces había negado Sánchez y prometido que nunca lo haría: indultar a los golpistas catalanes de 2017 e impulsar una amnistía para sus delitos, cosa que Sánchez también afirmó que nunca haría.

Así mismo tiene raíces navarras la empresa Servinabar de la que Cerdán posee el cuarenta y cinco por ciento, según un documento encontrado por la UCO, y a la que, una vez que Cerdán tuvo esa propiedad -siempre, según el documento encontrado por la UCO-, se le adjudicaron obras de gran envergadura como el túnel de Belate, pese a los reparos puestos por algunos los técnicos integrantes de la mesa en el proceso de adjudicación. Navarro es Koldo García, portero de discoteca, aizcolari, consejero de Renfe Mercancías y hombre de confianza del ministro Ábalos. En Navarra hay orígenes de muchas cosas, incluida la trama donde están implicados Cerdán, Koldo y Ábalos. La presidenta foral de Navarra, María Chivite, dice no haberse enterado.