Cultura
Irene Maclino «Trabajamos en un Museo Arqueológico permeable al que los cordobeses tengan motivos para volver»
La nueva responsable explica sus proyectos de difusión de un centro cultural al que ha llegado casi a la vez que los efebos de Pedro Abad
Un recurso judicial bloquea la exhibición de la valiosa leona ibera de La Rambla cuatro años después de su hallazgo
Córdoba
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Iniciar sesiónIrene Maclino llega al Museo Arqueológico de Córdoba casi al mismo tiempo que los efebos de Pedro Abad, de los que no se cansa de hablar con admiración por su carácter excepcional. Su incorporación a la colección permanente del centro es la gran ... noticia de los últimos años en un momento en que el museo no deja de asomarse al exterior para atraer a cordobeses y foráneos.
-Lleva en su puesto desde marzo. ¿Cómo quiere que sea esta nueva etapa en el Museo Arqueológico?
-Desde que he llegado estoy pensando en todos los proyectos que hay que llevar a cabo, y especialmente ahora, que estamos trabajando en la programación de 2025. Sí quería aclarar que los proyectos que se llevan a cabo en el museo no son proyectos personales ni de la dirección. Trabajamos en equipo y aquí hay un equipo formidable de profesionales con mucha experiencia, que además trabajamos en íntima coordinación con nuestra Consejería y también de la mano de nuestra delegación territorial. Hay algunas actividades que funcionan especialmente bien y que continuamos y luego hay otras iniciativas que queremos que tenemos que incentivar, para que nuestros ciudadanos sepan lo que tienen. De los proyectos que estamos llevando a cabo este año y que funcionan muy bien, podemos destacar las visitas guiadas de los domingos, que son fantásticas. Luego, el programa educativo que llevamos a cabo, también en estrecha colaboración con los colegios de Córdoba. Nos volcamos mucho por trabajar con el profesorado y hacer las visitas a medida, ya no solamente por etapas o por ciclos, sino adaptadas a los intereses de cada clase en concreto, de cada profesor en concreto, trabajando contenidos transversales. Y luego, por supuesto, el proyecto de este año estrella ha sido la llegada de los efebos de Pedro Abad, y todo lo que ha girado en torno a ellos, desde visitas temáticas, talleres con distintos tipos de públicos, infantiles, adultos y luego unas jornadas que hemos hecho divulgativas y científicas.
Los excepcionales efebos de Pedro Abad ya están en Córdoba
Valerio MerinoEl Museo Arqueológico recibe las valiosas piezas tras su restauración
-¿Está calando al público la importancia de estas piezas? ¿Son la revolución que parece que son?
-Pues sí, llevábamos mucho tiempo esperando. Ha sido importantísima la encomienda de gestión que se ha realizado con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, que es lo que nos permite generar ahora mismo a los efebos completos. Estaban fragmentados, y ahora los podemos ver en pie y gracias a ello los podemos musealizar. Es fundamental para que la gente los conozca, los valore. Forman parte ya de nuestro discurso expositivo de la colección permanente.
-El museo vive en los últimos años marcado por la falta de espacio. ¿Condiciona mucho a la hora de programar actividades?
-Creo que no, porque realmente el museo no solamente es el espacio expositivo. Tiene otras muchas funciones que a lo mejor no son tan visibles, pero que tienen un calado y una importancia fundamentales. El tema del conocimiento de los fondos que tenemos, que son inmensos, y el facilitar la investigación, porque al final lo que no se conoce no se puede valorar y no se puede proteger. También hay que incentivar el ámbito de la investigación, del conocimiento y por supuesto de la conservación y la restauración de aquellas piezas que queramos musealizar o que veamos que tienen algún problema de conservación. Cuando recuperemos el Palacio de los Páez de Castillejo, yo creo que lo más importante de ello, aparte de que tendremos mayor espacio expositivo, será que ese espacio hará que la visita sea más agradable, más espacio para los visitantes. Pero lo más importante es la recuperación de este edificio que es emblemático en la ciudad, que está en el seno del conjunto histórico Patrimonio Mundial, y que volvamos a visitar aquel museo que hemos conocido de niños. Desde luego reformulado, con un discurso expositivo diferente o actual.
«La leona ibera es un hallazgo más de los últimos años. Se investiga desde distintos enfoques, pero ahora mismo el caso está judicializado»
-¿Servirá para exponer más cosas o para exponer mejor las que hay?
-Estamos trabajando precisamente en el programa expositivo, que está íntimamente ligado al programa de colecciones. Conociendo bien nuestras colecciones podemos seleccionar qué piezas queremos exponer y, sobre todo, tener muy claro cuál es el mensaje que queremos transmitir y cuál va a ser el medio.
-¿El ámbito de actuación del museo está solo en el museo o se pueden hacer cosas afuera?
-Nosotros trabajamos porque el museo sea un lugar permeable, tanto de fuera hacia adentro, que vengan, que nos visiten, que nos conozcan. Sobre todo también nos interesan mucho los visitantes locales, que repitan, que siempre tengan algo novedoso en el museo. Pero también es un museo permeable desde dentro hacia afuera. ¿Qué ejemplos podemos poner de ello? Pues, por ejemplo, en el programa educativo nosotros acompañamos al profesorado durante la visita al museo, pero también trabajamos con ellos antes y después. Y si para eso nos tenemos que trasladar al centro educativo, pues nos trasladamos. Facilitamos los préstamos a otras exposiciones de otros museos. Tenemos piezas expuestas ahora mismo también en el British Museum, y en Nueva York. El museo trabaja aquí, pero también trabaja fuera. Y somos un museo provincial: no podemos olvidar las redes con el territorio y con otros museos.
«Episodios como el de Cercadilla consiguen que la ciudadana vea que conservar el patrimonio es importante»
-La aparición de la leona ibera de La Rambla llamó mucho la atención en toda España. ¿Cómo ha marchado la restauración y la investigación con esta pieza?
-Bueno, yo diría que es un hallazgo más de los últimos años. Se están realizando investigaciones con distintos enfoques en torno a esta pieza, pero al estar judicializado no se puede hacer nada. Como hallazgo excepcional destacaría, por ejemplo, el Tesoro de la Amarguilla de Baena, que es un conjunto de joyas andalusíes formidables, único, y que además podemos exponer en el museo. Y sobre todo los efebos. Además, en estas dos actuaciones tenemos que dar las gracias a nuestras fuerzas de seguridad, la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía adscrita la Junta. Con ellos colaboramos estrechamente y gracias a ellos podemos recuperar estas piezas, que las hubiéramos perdido en el mercado negro. Las piezas no solamente tienen un valor artístico. Lo más importante es que es un documento histórico, con toda la información que podemos extraer a través de la investigación con ellas. Cuando vienen de actividades arqueológicas, ya vienen con su contexto, con una unidad estratigráfica, con una serie de datos importantísimos. En el caso de los efebos, era todo lo que traían. Sus tierras de fundición, la máscara en que estaban incrustados los globos oculares, han ofrecido una información maravillosa.
-¿Y qué ha dicho esa información?
-Puede hablar de procedencia de los efebos, de dónde se trajeron estas tierras. Estamos a la espera de tener los resultados de la memoria de la intervención del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Pero, por ejemplo, del mortero de agarre de los ojos del efebo 'Apolíneo' se han podido extraer muestras para hacer, por ejemplo, la datación de carbono 14.
-En Córdoba, aunque hoy parezca extraño, a la arqueología se la ha visto muchas veces como un enemigo. Sobre todo en los años 80 y 90. Cuando se construía, se entendía que un hallazgo arqueológico que paralizaba era una rémora para el progreso. Eso se vio muy claro en Cercadilla. Se arrasó un yacimiento interesantísimo y se dejó muy poquito para construir la estación. ¿En lo que se ve, están los ciudadanos reconstruyendo una mejor relación con la arqueología, con su pasado? ¿Y en lo que se ve en este museo?
-Tenemos que trabajar para que nuestros ciudadanos sepan lo que tienen, y lo que puede repercutir en su cultura. Si lo escalamos a la riqueza también económica, tienen que saber lo que supone tener un patrimonio. Vemos que el turismo de calidad busca cultura y tenemos un patrimonio excepcional. También creo que episodios como el de Cercadilla han hecho que la ciudadanía vea la importancia que tiene el conservar el patrimonio y espero que si en un futuro se planteara otra, llamémosle problemática, que hubiera que decidir entre construir o conservar, pues se tenga claro cuál es la prioridad. Las ciudades tienen que crecer, pero aquellas cosas que son excepcionales se deben conservar.
«Será bueno por muchas cosas, entre ellas recuperar un edificio importante, en el corazón del Patrimonio Mundial»
-¿Hay almacenado en el Silo algo que le gustaría exponer o que tenga especial valor y que no se pueda ver?
-Nosotros intentamos musealizar piezas que normalmente no se conocen. Y esto lo estamos haciendo principalmente mediante dos vías. Una, aquellas piezas que salen para exposición, para préstamos temporales, exposiciones en otros museos. Y también intentamos buscar alguna pieza de nuestros fondos que no esté expuesta y en ese momento darla a conocer. Por otro lado está, el ciclo de conferencias que hacemos un domingo al mes, que se llama Mujer y Museo. En este ciclo, las investigadoras trabajan sobre fondos de nuestros museos, y normalmente además se desplazan al Silo para trabajar con estas piezas. Seleccionan aquellas piezas de sus investigaciones que consideran más interesantes y las mostramos en una vitrina que le llamamos Vitrina Cero. La tenemos junto al mostrador de información y cada mes mostramos piezas normalmente inéditas, acompañadas de esta explicación de esta investigadora y siempre son aportaciones muy novedosas, que dan a conocer la importancia de los fondos. Una de las labores fundamentales de este museo es registrar e inventariar todo aquello que entra. En el Silo se hace una parte importante porque este inventario y registro se sistematizan, se normalizan y se hace en un sistema de información que permite la consulta y la búsqueda y la accesibilidad, no solamente a investigadores, sino cualquier ciudadano puede consultar sobre estas piezas a medida que se van estudiando.
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