Arqueología

¿Qué podría haber tras la enigmática huella gigante de Turruñuelos?

ABC repasa las principales hipótesis formuladas sobre esta incógnita arqueológica de Córdoba

Salvad Turruñuelos: el edificio más grande del mundo

Imagen de satélite del perímetro de Turruñuelos abc

El artículo 'Salvad Turruñuelos: el edificio mas grande del mundo' de Manuel Ramos Gil', publicado por ABC Córdoba en su edición de papel y en su web, ha tenido una gran repercusión en redes sociales. En él, además de defender la necesidad de preservar ... y estudiar el citado yacimiento, sostiene que la huella del enorme inmueble existente en esos suelos sería la perteneciente al alcázar de Madinat al-Zahira, la gran ciudad desaparecida alzada por Almanzor.

El artículo vuelve a avivar una gran incógnita: ¿Qué podría haber tras la enigmática huella gigante de Turruñuelos? Lo que dice oficialmente la Junta en la documentación por la que el yacimiento fue inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la categoría de zona arqueológica en 1997, es lo siguiente. Se indica que la investigación arqueológica valoró especialmente la compleja trama de relaciones que Madinat al-Zahra, la ciudad palatina cuya conservación sí se logró, «articula con el territorio, en la que no hay que olvidar el surgimiento de nuevos asentamientos próximos a ella sólo explicables desde la atracción urbana que supone la presencia del califa y del aparato administrativo en la nueva ciudad».

El yacimiento de Turruñuelos -se enclava en la zona de llanura extendida entre el borde de la ladera de la Sierra y el Canal del Guadalmellato, en el lugar conocido como 'Cortijo de Turruñuelos'-, prosigue el expediente del Gobierno autonómico, está por tanto inmerso «en el mismo contexto histórico que hace comprensible la fundación de Medina Azahara, con la cual está físicamente conectado a través del Camino de los Nogales».

La fotografía aérea vertical y la prospección superficial permitieron «distinguir la estructura y organización espacial de un conjunto edificado en forma de rectángulo de enormes dimensiones: 530 metros de longitud en el sentido Norte-Sur y 380 metros de Este a Oeste». Esta superficie, de más de 20 hectáreas, tiene «los bordes definidos por suaves declives, observados sobre todo en los lados Oeste y Sur, no alterados topográficamente por construcciones modernas, lo que indica la existencia de un potente muro de cierre, probablemente construido en sillería».

En su interior, el tercio Norte exhibe «una plataforma donde se ubicaría la zona residencial», de la que se observan en superficie «restos de sillares, fragmentos de mortero de pavimento pintados de almagra y fragmentos amorfos de mármol, así como restos de una calzada y de muros en el borde septentrional de la carretera CV-21, que atraviesa oblicuamente el yacimiento por esta zona».

En cuanto a la parte Sur, constituye «un cuadrado perfecto de 380 metros de lado, seccionado por dos calles perpendiculares, como si se tratase de una estructura de crucero. En el trazado de estas vías se observan restos superficiales de sillares calizos y esquisto, pertenecientes al pavimento de las mismas».

La documentación oficial de la Junta indica que en Turruñuelos se detecta la estructura de un conjunto edificado de

enormes dimensiones

: 530 metros de longitud y 380 de ancho

El conjunto descrito responde, concluye el expediente, «a un modelo de organización espacial empleado en la propia Medina Azahara y en la almunia del tesorero Durri [al-Rummaniyya], con una serie de terrazas escalonadas de las cuales la superior se reserva para ubicación de la zona residencial en tanto que las inferiores se destinan a tierras cultivables». Su sistema de comunicación, añade, repite el modelo implantado en la ciudad palatina que se conserva con «acceso por la parte Norte residencial y el protocolario desde el centro del lado Sur con una orientación perpendicular al muro de cierre, que conectaría con el Camino Viejo de Córdoba a Almodóvar».

Un artículo publicado en 2000 por el arqueólogo Pedro Marfil, titulado 'Arqueología de campo en Turruñuelos, recopilaba hipótesis de posibles usos y arrojaba luz sobre el yacimiento.

Lo primero que indicaba es que la aparición de restos arqueológicos en dicho enclave es conocida desde «el siglo pasado cuando el trazado de la carretera a Trassierra rompió su recinto murado [amurallado] y se produjeron hallazgos tales como los capiteles que se encuentran en el castillo de la Albaida; uno deellos de clarísima adscripción emiral».

El artículo luego se detiene en 1962, cuando, al construirse la planta asfáltica de la Diputación junto a la citada carretera y dentro del perímetro del yacimiento, «se produjo el hallazgo de nuevos restos». Se realizaron excavaciones y a través de Rafael Castejón se conoce que aparecieron «dos capitales, torzos de columnas y cimaciones, recios muros califales conservados en un alzado de un metro así como pavimentos con revestimientos de almagre». Según aseguró Castejón, los hallazgos revelaban «un alcázar de la familia califal». También debió realizarse en esea época, sigue Marfil, el hallazgo del capitel visigodo, «uno de los mejores de nuestra ciudad», que «se conserva en la ermita de San Bartolomé en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba».

El artículo prosigue indicando que en ese mismo 1962 Rafael Fernández González valoró «la posible existencia de dos recintos amurallados a través de la fotografía aérea y la prospección de superficie». Estimó que «habría un núcleo central formado por un recinto amurallado con orígenes anteriores al Califato».

Plano descriptivo de los ejes de conexión entre Medina Azahara y Turruñuelos abc

Otra referencia de un peso pesado en el mundo de la arqueología aparece en este texto. Se indica que en 1995 el entonces director del yacimiento de Medina Azahara (ocupó el cargo de 1985 a 2013 y volvió a él en 2019, continuando hasta la actualidad en él), Antonio Vallejo, estimó que «su datación es califal y de que podría tratarse de una almunia con una zona residencial o un campamento militar anejo a Medina Azahara».

En las conclusiones de su artículo, Marfil indica que «el análisis arqueológico del yacimiento de Turruñuelos [según los datos de que disponían en 2000] revela que existe un recinto fortificado cuyo uso ha sido dilatado en el tiempo, ocupándose desde época emiral hasta momentos finales del califato, ya que puede remontarse a época visigoda». «En origen, pudo relacionarse con una villa tardorromana y visigoda que aprovechaba el paso del acueducto de Valdepuentes [en su tránsito hacia Córdoba tiene tres pozos en estos suelos] por la zona, transmitiéndose la propiedad siguiendo un esquema de división del territorio heredado desde época romana», sostiene este arqueólogo.

En un artículo del arqueólogo Pedro Marfil, se indicaba que «el análisis arqueológico de Turruñuelos revela que existe un recinto fortificado cuyo uso ha sido dilatado en el tiempo»

Existen, finaliza, «evidencias claras de que nos encontramos ante una construcción fortificada de carácter monumental, a la que llegan las calzadas públicas, en la que hay construcciones con una rica decoración y en la que se emplean materiales suntuosos para la época».

A finales de 2007, la entonces delegada de Cultura, Mercedes Mudarra, aseguró en los medios que las investigaciones sobre el yacimiento de Turruñuelos estaban arrojando conclusiones muy importantes. Los trabajos reforzaban las tesis de que en ese enclave hubo un equipamiento de relevancia para el ejército del Califato. Se apunto que las instalaciones que allí se levantaron pudieron servir de núcleo desde el que partieran tropas hacia toda Al-Ándalus.

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