Francisco Robles, bodeguero: «Si seguimos solo agarrados a la tradición, aún caeremos más en Montilla-Moriles»

-¿Cómo afecta el cambio climático, el aumento de las temperaturas y la sequía a la cantidad y calidad de la producción vinícola del marco?

-El cambio climático está afectando a los cultivos en general y al viñedo en particular en algo que es importantísimo para los agricultores, la no existencia de modelos predecibles que nos permitan trabajar con cierta planificación nuestros cultivos. En mayo ya sufrimos una ola de calor que coincidió con la floración del racimo afectando a la producción y esto ocasionó una pérdida de flor que a la postre debería de ser uva, y durante los meses de junio y julio hemos sufrido todos (las plantas también) los efectos que producen las altas temperaturas, que han sometido a la vid a un estrés ocasionando un adelanto de la vendimia en más de 20 días. Esto afectará a la cantidad de uva cosechada y en muchos casos a la calidad de la misma ya que la maduración de la uva no será la correcta.

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-¿Qué medidas están tomando los agricultores? ¿Hay algo que se pueda hacer?

-Por desgracia se sigue trabajando en las mismas condiciones de siempre, usando los mismos productos de síntesis de siempre, pero mucho más expuestos a las enfermedades y a las inclemencias meteorológicas. En Bodegas Robles decidimos hace ya 23 años tomar medidas para minimizar el impacto del cambio climático y optamos por la viticultura ecológica y por la incorporación de las cubiertas vegetales en nuestros viñedos. Con estos manejos no sólo contribuimos a minimizar el cambio climático, también creando de manera natural las levaduras que a la postre serán la identidad de nuestros vinos generosos.

-La DO lleva años en franco declive. ¿A qué se debe?

-Si hacemos siempre lo mismo, siempre obtendremos el mismo resultado. Más de dos generaciones se han desconectado de los vinos generosos y no hemos sido capaces de llamar su atención ni de hacer atractivos nuestros vinos, bien sea por estrategias de comunicación equivocadas o por características intrínsecas de los productos que elaboramos, cuya complejidad organoléptica es hoy en día incomprendida para la mayoría de consumidores. En una entrevista para este diario en 2015 me preguntaron si Montilla-Moriles había tocado fondo. Mi respuesta sigue siendo la misma: si seguimos sólo agarrados a la tradición, aún caeremos más.

-¿Sigue siendo rentable la vinicultura?

-Lamentablemente no. Si la vinicultura hubiese sido rentable no estaríamos en la situación que estamos. Algunos proyectos a título individual posiblemente lo sean, pero como sector económico seguimos fracasando estrepitosamente.

-Los nuevos productos podrían ser la tabla de salvación de los vinos de Montilla-Moriles. ¿Cómo lo están haciendo en la bodega?

-Es imperativamente necesario el innovar y desarrollar productos que se alineen con el consumidor actual. ¿Cómo lo hacemos en Bodegas Robles? Lo primero que hicimos fue definir qué es innovar. Para mi básicamente significa crear un cambio positivo en el estado de las cosas existente. Fuimos pioneros en crear toda la línea de vinos generosos certificados como ecológicos; en introducir la uva verdejo en Montilla Moriles; y en desarrollar un vino afrutado verdejo, Piedra Luenga, con características genuinas de nuestra zona. También hemos sido pioneros en la elaboración de un espumoso por el método tradicional Champagnoise con la uva Pedro Ximénez 100% y podría hablar de nuestros vinagres ecológicos. ¿Qué tienen en común todos estos productos? Que provienen en un 100% de la uva Pedro Ximénez, que es la que nos une y arraiga en nuestra tradición.

-¿Se venden bien esos nuevos productos?

-Sí, y lo más importante, el valor añadido es superior a la de los vinos tradicionales.

-¿Bodegas Robles seguirá innovando o prefieren centrarse en hacer rentables los productos que ya tienen?

-Todos los productos que sacamos al mercado son rentables, si no fuese así, no estarían en el mercado. Llevamos en nuestro ADN la necesidad de mejorar día a día, y esto lleva implícito el no dejar de innovar, mejorar y crear esos cambios positivos en lo que ya hacemos a diario.

-¿No temen saturar el mercado de productos nuevos?

-La naturaleza tiene un estado que a mi me apasiona: diversidad y equilibrio natural. En Bodegas Robles llevamos años imitándola, y justo esta incorporación de diversidad de productos en nuestro catálogo es lo que hace ser más equilibrado nuestro proyecto empresarial.