Pretérito Imperfecto
Un torpedo al lanzacohetes
El contrato de Escribano que desarrolla en Córdoba y ha suspendido Sánchez obliga a partir de cero en el proyecto de proa para la palanca de la defensa en la ciudad
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Iniciar sesiónEl veto de Sánchez a la tecnología e industria defensiva israelí -en su escalada permanente con el gobierno Netanyahu- ha tenido uno de sus primeros impactos en Córdoba. Todo un torpedo en la línea de flotación del lanzacohetes Silam, que tiene ... su centro neurálgico en las instalaciones de Escribano en Rabanales 21. Este programa militar es todo un avance para la artillería después de que en 2011 España perdiera los que tenía. Iba a permitir recuperarlos y con un alcance más preciso de hasta 300 kilómetros -el máximo que hemos llegado a tener es de 40 kilómetros-.
El Gobierno contrató con Escribano y Expal en 2023 su producción por 700 millones lo que sirvió a esta UTE para fijarse en Córdoba y la Base Logística del Ejército de Tierra como ecosistema idóneo para desplegar el flamante encargo. En sus entrañas, tecnología israelí (Elbit y el sistema PULS) capaz de dar ese plus que salvo EE.UU. o China nadie más puede dar en el mundo. Para la ciudad, un mascarón de proa de lo que puede traer la macroinstalación militar de la Rinconada. Este martes, la Plataforma de Contratación del Estado anunciaba la anulación del contrato. El silencio vino después y la falta explicaciones, al segundo.
Sánchez entiende la política defensiva de España como una sucesión de cortinas de humo. Pretendió engañarnos en la firma de compromisos en la OTAN para subir el gasto en la materia hasta el 5%, y tuvo que ser la primera ministra italiana quien entre risas desvelara el enredo. Ahora usa el 'lanzacohetes' ideológico para tapar la basura más cercana. En ambos casos lo último es tener una estrategia seria sobre la política defensiva española, tal y como viene el signo de los tiempos en una letanía de avisos cuya presunta ingenuidad se disuelve al instante con las señales diarias que llegan desde Rusia.
Por cierto, que en estos de los vetos hay clases. Mientras cerramos la puerta a la industria israelí -una de las más potentes- no dejamos de gastar miles y miles de millones de euros en comprarle gas a Putin, que parece que también está metido en una cruzada bélica que se ha llevado por delante la vida de miles y miles de inocentes.
Aunque la ministra Robles se empeñe en construir diques lanzando la idea (que no el cohete) de que esta soflama sanchista no enturbia los planes de modernización de las Fuerzas Armadas -clamoroso silencio en Cerro Muriano este viernes ante un mar de dudas de la titular de Defensa-, a Escribano y Expal les toca hacer encaje de bolillos y buscar una tecnología 'made in Spain' inédita y que sirva para suplir el entuerto. Una vuelta hacia atrás para partir de cero, retrasando los planes empresariales que pueden tener para Córdoba como plataforma nuclear -recuérdese una inversión inicial de 20 millones que iría creciendo en superficie, empleos y fabricaciones-. El programa no se suspende, según Margarita Robles, pero, obviamente se demora y entorpece.
El alcalde ha optado por la moderación que viene predicando cada vez que el agravio de este Gobierno con la ciudad abre boquetes de espanto. No estaría de más sacar alguna vez sacar los pies del tiesto, aunque solo fuera por hacer ruido defensivo.
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