El futuro del lanzacohetes de Escribano en Córdoba se rodea de silencio

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Silencio en las empresas afectadas por la anulación del contrato del lanzacohetes que se fabrica en Córdoba

Javier Gómez

Escribano M&E y Expal evitan pronunciarse por el veto de Sánchez a Israel que deja tocado el Silam, que se produce en Rabanales 21

El proyectil que se produce en Córdoba está dotado un sistema de alta tecnología (PULS) israelí, a través de la empresa Elbit Systems. Permite lanzar a una distancia de 300 kilómetros y sobre todo reducir la precisión de acierto de 400 metros a 15. Con todo, la publicación oficial en la plataforma de contratación del Estado de la anulación del contrato no explica los motivos de la anulación.

Este golpe al contrato del lanzacohetes abre un reguero de dudas, incógnitas y variables sobre el futuro de este arma que se produce en la ciudad desde hace más de un año. La nave en la que se fabrica esta en Rabanales 21. Era la antigua sede de Silos Córdoba, ahora es propiedad de Escribano M&E y está dedicada a la producción del Silam. La empresa cuenta con más de un centenar de empleados en esta planta de 23.000 metros cuadrados.

La principal incógnita es qué pasará ahora con la fabricación del lanzacohetes. Si se podrá seguir produciendo por las adjudicatarias a costa de buscar un nuevo proveedor de la tecnología que sustituya al 'software' de Israel o si tendrá que realizarse una nueva licitación y posterior adjudicación del Silam. Una empresa brasileña también estuvo en el proceso de licitación negociado sin publicidad y su tecnología podría servir para salvar la producción actual del lanzacohetes.

El Ministerio de Defensa, en la noche del miércoles, apuntó que su intención era que la producción del lanzacohetes continúe adelante. Sin embargo, durante la jornada de ayer guardó un sepulcral silencio para ampliar esa primera impresión o aportar nuevas aclaraciones a la situación que se ha provocado con la anulación del contrato, a pesar de los reiterados intentos de ABC por disponer de una versión de Defensa más amplia.

Ese silencio podría estar motivado por una visita relámpago de la ministra de Defensa, Margarita Robles, mañana a la base militar de Cerro Muriano. Quizás la titular de la cartera aproveche la ocasión para aclarar las dudas suscitadas sobre los efectos de la anulación del contrato del lanzacohetes.

También guardaron ayer silencio las dos empresas afectadas, EM&E y Expal, para explicar su versión de la situación en la que se queda actualmente el contrato y sobre todo sus consecuencias para la fabricación del mismo en su planta en Córdoba. Ambas declinaron realizar ninguna declaración pública sobre el asunto. Eso sí, mostraron su sorpresa por la decisión de anular el contrato, apuntaron a las reuniones de sus ejecutivos para analizar la situación y remitieron al Ministerio para cualquier aclaración.

El presidente Sánchez anunció el lunes una serie de medidas contra Israel en una declaración institucional en la Moncloa. El Consejo de Gobierno aprobó el martes las nueve medidas. Entre ellas, «la aprobación urgente de un Real Decreto que consolide jurídicamente el embargo de armas a Israel aplicado desde octubre de 2023». El miércoles anuló el anuncio de adjudicación del lanzacohetes. De hecho, lo hizo sin que el Real Decreto este publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), lo que sorprendió incluso a las empresas adjudicatarias.

Esta decisión gubernamental afecta directamente a Escribano. Fue la primera empresa que decidió dar el paso de invertir en Córdoba al calor de la futura Base Logística del Ejército de Tierra (BLET). El actual presidente de EM&E, Javier Escribano, anunció su desembarco en noviembre de 2023. La inversión inicial fue de 20 millones, según avanzó en el Ayuntamiento.

En el primer trimestre de 2024, Escribano comenzó a operar en Rabanales 21. Llegaron las oficinas de administración, luego la formación de los futuros empleados en su nave, la maquinaria y comenzó la producción. Tanto, que la empresa, a finales de 2024, contaba ya con 60 empleados.

Javier Escribano ya avanzó que esa primera sede era sólo el primer paso y que luego llegaría otra segunda fase de implantación. Así ha sido. Escribano trabaja desde hace meses para ampliar su fábrica en la ciudad. Lo hace con una operación en una parcela anexa principalmente. Ahora, cuenta ya con unos 100 empleados aquí. Tan bien ha ido la fabricación que hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó la fábrica en abril de este año.

Desde entonces, han comenzado las curvas para este proyecto de alta tecnología. Sólo dos semanas después, la polémica de la compra de balas israelíes por el Ministerio del Interior pasó rozando ya al lanzacohetes que se fabrica en Córdoba. En mayo, el lanzacohetes superó el veto a todo suministro o venta de material armamentístico o de seguridad que tuviera que ver con Israel y que había obligado a tumbar la compra de aquellas balas.

Ahora, no ha sido sólo un rozón balístico. La anulación del contrato del Silam, por contar con tecnología israelí, es una gran herida. Cómo afectará esta anulación a la producción del lanzacohetes en la ciudad o a la expansión de Escribano son las principales incógnitas a resolver desde ayer. De momento, todas las partes callan públicamente para buscar soluciones en privado. Hoy hablará la ministra.