Pretérito Imperfecto
La piedra viva
De un tiempo a esta parte muchos pueblos se han atrevido a hacer de la arqueología un principio activo
Córdoba
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Iniciar sesiónLa piedra viva nos sigue reclamando. Bajo la tierra calma o la siembra fértil; en las colinas o los viejos caseríos, nuestra historia sigue latiendo por cualquier rincón. Ahora las leonas de Montoro, expoliadas en 2016 y protagonistas de una singladura ... e investigación policial de auténtica novela. Una detención que nada tenía que ver con ellas. Una venta a una celebridad financiera parada en seco y por el camino equivocado. Desandar una trama que, desgraciadamente sigue, como siglos y siglos atrás, muy latente. Los cordobeses ya expoliamos Medina Azahara hace casi un milenio y fuimos dejando miguitas de capiteles y columnas por nuestras casas para no olvidarnos del camino de vuelta hacia lo que somos. Las piezas íberas halladas en plena roturación de un olivar esperan sentencia bajo la custodia del Gobierno, pero hay quien ya desde Córdoba -y de forma sibilina desde Jaén- reclama en voz baja la vuelta de unas esculturas de gran valor que se suman al legado que el Museo Arqueológico atesora. La Consejería de Cultura ha dicho que va a estudiar el tema, y no estaría de más que los tentáculos cordobeses que el PP tiene ahora en San Telmo distrajesen su foco en este asunto por un instante.
Antes fueron la leona de La Rambla, o el carro íbero de Montemayor, los efebos de Pedro Abad que restaura la Junta, la estela de guerrero de Belalcázar de la Edad del Bronce, los idolillos de Cabra, los santuarios íberos de Torreparedones o hasta la panadería de Ategua... El rosario es interminable, tanto, como las miles de piezas que se guardan en un silo en Córdoba sin exponer a la espera de que una mínima porción pueda verse, al menos, en la ampliación del palacio de los Páez de Castillejo, junto a la Casa del Judío, en uno de los rincones con más encanto de Córdoba, y sobre la huella de un teatro romano.
De un tiempo a esta parte muchos pueblos se han atrevido a hacer de la arqueología un principio activo. Turismo y orgullo patrio pero a la par una inversión sin remordimiento de gasto superfluo. Ahí tienen a Baena y Torreparedones, a Puente Genil y Fuente Álamo, a Lucena y su alfar romano, a Cabra con el Cerro de la Merced y la Villa del Mitra -que un día cualquiera puedes encontrarte en el British Museum-. Y ahora, la empresa de Fuente Obejuna con sus tripas romanas de Mellaria. Ni que decir tiene el empeño del Cabildo en la Mezquita-Catedral horadando las entrañas del Patio de los Naranjos en busca de renglones torcidos de su historia.
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La piedra viva está más candente que nunca, a pesar de aquellos tiempos en que excavar y encontrarla daba quebraderos de cabeza y el innato gesto de echar arena. Y demostrada queda la compatibilidad con el ladrillo más tarde que temprano. No estamos en una batalla de talibanes y usureros. Estamos ante una oportunidad que siempre queda incompleta. Hay que ponerse las pilas en Medina Azahara, ahora que el Instituto Alemán va terminando su mecenazgo investigador. Y bajo los birretes rectorales, donde un anfiteatro romano, el mayor de Hispania, quiere dejar de criar malvas.
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