Pretérito Imperfecto
El juego de las compuertas
La Colada. Lo que era un trámite técnico ordinario de buena fe e interés público se ha convertido en una maniobra política irreversible
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Iniciar sesiónLa conexión de La Colada con Sierra Boyera que impulsa la Junta de Andalucía para reforzar el suministro de agua en el norte de Córdoba no se va a hacer. A estas alturas no es un 'scoop', sino una evidencia informal. El PSOE cordobés ... y su lideresa -hasta hace poco con ascendencia en Ferraz- han traído de la manita al presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Samuel Moraleda, para que vuelva a contar lo que ya sabemos y que, además, este 'sheriff del agua' viene anticipando a los propios trámites legales en un gran ejemplo de función pública. Aseveró con rotundidad que no le gustaba ni hacía falta tal conexión antes de estudiar la propuesta de la Diputación y la Junta. Era otoño de 2024. Y así ha sido. Y esta semana se ha jactado de lo mismo antes incluso de que ambas administraciones presenten nuevas objeciones y puedan ser estudiadas. Este simple ejercicio de soberbia es la más clara muestra de un bloqueo político y no técnico, como repite el bueno de don Samuel mirando de reojillo a toda la plana socialista cordobesa que le escrutaba tras los periodistas en la Subdelegación del Gobierno por si se equivoca. Un técnico, como se supone que era hasta ahora el 'sheriff del agua', espera y concluye plazos para asentar argumentos. Un político anticipa el final y las respuestas y luego articula los procedimientos para llegar a la decisión instaurada. La que algún secretario de Estado le ha podido 'sugerir' que debe llevar a la práctica.
Hay correos electrónicos, conversaciones de Whatsapp y testigos de no pocas reuniones entre las partes que constatan a las claras cómo una predisposición técnica del órgano de cuenca a que esta obra -ya adjudicada, conocida desde hace tiempo y declarada de interés autonómico para darle mayor urgencia- se acometiera, tornó en un dique político. En una maniobra que retuerce plazos, interviene en el gobierno ajeno y antepone el interés partidista al público. Y además se da el lujo de apelar a la 'eficiencia económica' después de haberse gastado ya más dinero en quemar gasoil -muy ecológico- y llevar cisternas diarias de agua durante un año a Los Pedroches y el Guadiato que todo lo que costó esa 'robusta' obra de emergencia que hicieron y a la que se le quemaron los generadores dejando un corte total de agua en la zona. La misma que proclaman va a garantizar (sic) el suministro a todo el Norte de Córdoba siendo provisional, como siempre ha sido calificada.
Tanto la Diputación de Córdoba como la Junta de Andalucía han entrado desde hace años en un juego de compuertas en este incomprensible asunto. Mientras la Confederación Hidrográfica del Guadiana abría una generando expectativas para sacar adelante este problema, acababa cerrando la siguiente cuando parecía que todo fluía hacia el acuerdo. Un entretenimiento dilatorio. A estas alturas, la obra que tenía que acometer Jicar, la empresa adjudicataria, estaría ya en su tramo final. Suerte que los pantanos no están vacíos y que hasta la ciénaga de La Colada empieza ya a dar agua óptima. El camino de los tribunales postergaría años el envite. La renuncia de la Junta y la Diputación en este punto sería un flaco favor a los cordobeses. Sólo hay que esperar a otra sequía.
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