pretérito imperfecto

La DANA política

La DANA también ha terminado por eclosionar a una clase dirigente con la imagen por los suelos, que no está ni se le espera. Viven en un mundo aparte

Esperaba al ministro campaniforme y tuitero con la pala en ristre quitando barro. Tal vez a la ministra de Trabajo sacando muebles embarrados y aportando víveres. No era jornada de empleo y tocaba limpiar otra mierda interna. Incluso a la vicepresidenta botarate coordinando ... al tardío escudo social del Estado detrás de la propaganda y dejando la correa la Comunidad Valenciana. Surgió de las antípodas el uno, sin Begoña, compungido y doliente en escena, en un abrir y cerrar de ojos. Algún comisionista frotándose las manos de fondo cuando se mienta ruina. El 'bufón' de Bolaños estaba acicalando la enésima travesura con los tejemanejes de RTVE. Y hasta Robles optó por el riego por goteo de militares, nada de sacar a todos los regimientos del cuartel para una lección de civismo y servicio a la Patria. Una consejera de Mazón tuvo sus quince minutos de gloria warholianos obligando de forma castrense a las familias desesperadas que buscan todavía a sus queridos seres perdidos a quedarse en casa hasta que ella lo diga. Vergonzoso. Un Feijóo más interesado en buscar el rédito que el crédito por unos minutos de ventaja. Y un titular de Interior reducido a la mínima expresión de títere gubernamental a la sombra de un relato que apunta, con el altavoz mediático, a buscarle las cosquillas a un presidente valenciano desbordado, avergonzado por la insuficiente respuesta ante una magnitud imposible de abarcar. ¡Qué absoluto bochorno todo!

La imagen de decenas y decenas de ciudadanos andando por la autovía y las carreteras camino de la tragedia con escobas, carros de la compra y víveres ofrece la mejor (y dantesca) lectura de cuantas puedan hacerse sobre el estado de las cosas en un país partido por la mitad y sin nadie al volante. Si la clase política no toma la iniciativa, ¿qué esperan, que la calle se quede parada observando cómo se enzarzan en la zancadilla fácil mientras miles de personas se hunden...? Es la muestra evidente de que la DANA también ha terminado por eclosionar a una clase dirigente con la imagen por los suelos, que no está ni se le espera. Viven en un mundo aparte bajo sustento de todos, alejados de la realidad y en una espiral de desatino desmoralizante. Ante tan ruborizante espectáculo, no tuvieron más remedio que mandar a esa legión de solidaridad a su casa, porque el ridículo aumentaba a medida que sus pasos avanzaban firmes para cubrir el vacío angustioso de personas sin norte alguno, sin saber de sus muertos, sin esperanza alguna.

Ya no hay líneas rojas para quienes han decidido desbordar todo límite de la decencia y el servicio público. Aves carroñeras de la tragedia más profunda. Mientras que un país entero se estremece y moviliza frente a la cruda vivencia que cuentan las páginas de un periódico o los testimonios de una emisora de radio y televisión, ellos siguen atornillando cábalas, incapaces de armar una mínima empatía creíble, un único mando y frente común, ante una decepción colectiva hecha clamor que sólo alimenta el pesimismo sobre futuros quebrantos.

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