Economía

Facet culmina la ampliación de su fábrica de alta joyería en Córdoba con más de cien profesionales

La firma barcelonesa se estableció hace tres años y trabaja para algunas de las mejores marcas

El alcalde subraya el «éxito» del Parque Joyero de Córdoba, que está ocupado al 90 %

Trabajo en la fábrica de Facet en Córdoba Ángel Rodríguez

Han pasado tres años desde la llegada al Parque Joyero de Facet, uno de los principales fabricantes del sector en su gama más alta, y la firma catalana no ha dejado de crecer. Este jueves ha presentado la última ampliación de sus instalaciones, ... en las que trabaja ya un centenar de personas en todo el proceso, desde el diseño hasta la producción en todas sus fases.

Facet llegó a Córdoba en el otoño de 2020, con menos de medio centenar de profesionales, como apuntó el director comercial y vicepresidente de la firma, Ángel Iborra. Desde entonces se ha ampliado en tres ocasiones por la buena marcha del trabajo y la que se ha puesto ahora de largo es la definitiva con la última ampliación.

Muchos de los trabajadores de esta fábrica son cordobeses, pero por sus instalaciones pasan alumnos de la Escuela Oficial de Joyería que tienen la oportunidad de formarse y hacer prácticas en una factoría con los mejores procesos y un proceso de control de calidad muy exigente.

«Fabricamos para muy grandes marcas y es una oportunidad para quien está aprendiendo un oficio poder tener en el currículum que ha trabajado en una empresa como Facet, de alta joyería», resaltó Ángel Iborra.

La firma tiene el reto de las mejoras continuas y de garantizar «la más alta calidad posible», porque sus clientes son marcas importantes. No pueden desvelar los nombres, pero sí figuran entre las más prestigiosas, y los encargos tienen una exigencia importante.

La fábrica de Facet en Córdoba tiene joyería tradicional, pero también aquella que se hace con robots y maquinaria de última generación, como la que selecciona las piedras preciosas que se tienen que engarzar en las piezas, y que las rechaza automáticamente si no son del mismo tamaño que las demás para buscar las más apropiadas.

La exigencia y el control son constantes, y cuando Facet adquiere un lote de brillantes, diamantes y piezas de color se comprueban el peso, la calidad y que sean naturales, porque algunos de los artificiales no son pueden distinguir a simple vista. «Se mide y se pesa, porque no nos creemos nada», contó Ángel Iborra.

Trazabilidad

La trazabilidad para ellos es importante: el oro con el que trabajan es reciclado (porque la extracción tiene una huella ecológica muy superior) y las piedras preciosas llegan siempre de países en los que se puede certificar que tienen un origen ético: «Por ejemplo, los rubíes llegan de Groenlandia».

La visita por las instalaciones continúa por el trabajo de engastado de las piezas, que tiene un tiempo determinado para cada tipo de pieza, o por el pulido, que se puede hacer al modo tradicional o mediante distintos procesos con elementos como polvo de cáscara de nuez.

Hay también un equipo de diseño donde se da forma a cómo serán las joyas y se estudia si lo que piden los clientes se puede hacer técnicamente. El control de calidad, recordó Ángel Iborra, es muy importante. Varios profesionales miran cada pieza y, si es necesario, mandan que se repase y advierten de sus posibles defectos.

Directivos de Facet, en la fábrica en el Parque Joyero de Córdoba Ángel Rodríguez

La atención al cliente es del todo internacional y hay profesionales de Australia, Portugal, Francia o Italia, pero también germanoparlantes. La idea es que el cliente tenga al otro lado a una persona que no sólo domina su idioma, sino que pertenece a a su cultura y con la que el entendimiento es muy alto.

Facet nació hace casi cuarenta años en Barcelona y tiene fábricas en India y Córdoba, y aunque tienen marca propia es lo menos importante: el grueso sale para grandes marcas. «Los grandes clientes internacionales podrían llamar a la puerta de cualquier fabricante del mundo y están con Facet, y eso es una garantía de que estamos haciendo las cosas bien», afirmó.

La fábrica de Córdoba, por su situación en Europa, ha supuesto un notable impulso, como muestra el hecho de que su instalación en el Parque Joyero no ha dejado de crecer desde que llegó hace tres años. Sus oficinas en París, Alemania, Nueva York, Israel, India y Barcelona.

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