Las excavaciones en el Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba retornarán en 2025

Se buscan así nuevos datos después de que la excavación dirigida por Raimundo Ortiz haya encontrado restos muy significativos que arrojan luz no sólo sobre la vida anterior del lugar, sino también sobre la propia concepción urbanística de la zona.

Lo puso de manifiesto ayer el propio José Antonio Garriguet, que participó en la Jornada Académica organizada por el Cabildo Catedral para celebrar los 40 años de la Mezquita-Catedral como Patrimonio de la Humanidad, y fue en una ponencia en la que habló sobre su proyecto, destinado a conocer el entorno urbano del templo y de la ciudad en losúltimos 1.500 años.

Noticia Relacionada

La Mezquita-Catedral cumple 40 años de proteccción Unesco y supera los 50 millones en restauraciones

Luis Miranda

Arquitectos y arqueólogos señalan la clave para su conservación en las transformaciones sin perder la esencia

En estos trabajos tienen que conseguirse información sobre una zona que pudo tener entre cinco y diez hectáreas, sobre una ciudad que en aquel momento de la edad antigua tenía unas 78, y un lugar que alcanzó mucha importancia. Allí se rezaba, pero también se cobraban impuestos e incluso se impartía justicia.

Garriguet explicó que se trata de un estudio diacrónico de la zona sur del Casco Histórico de Córdoba en el cual el corazón no puede ser otro que el monumento. «Lo ocupa desde un punto de vista físico, pero hay que entenderla desde el punto de vista urbanístico», dijo para hablar del equipo de investigación, con un carácter multidisciplinar en que se analizan tanto el templo como lo que lo rodea.

Las excavaciones en el Patio de los Naranjos y el hallazgo del complejo episcopal han suministrado mucha información sobre la época llamada tardoantigua, porque si hay restos romanos será difícil llegar hasta ellos. Eso sí, estructuras previas sí que se han visto, y se ha estudiado el funcionamiento del puerto fluvial del Guadalquivir. Garriguet explicó que se quiere desarrollar la vinculación con el cercano Alcázar, como centro de poder.

Las investigaciones que se han hecho en los últimos años han mostrado cómo se ha desplazado lo que se llama el centro de la ciudad, es decir, el corazón político, económico y religioso, entre varios puntos. Así, José Antonio Garriguet recordó que en la época de la república romana y del Imperio estaba en el mismo lugar que ahora, es decir, en torno a lo que ahora es la plaza de Las Tendillas y la calle Claudio Marcelo.

De allí partían las vías principales. A partir del siglo III y IV después de Cristo se desplazó hasta el sur, en dirección al Guadalquivir y a lo que ahora es precisamente la Mezquita-Catedral. «También hubo zonas en la ciudad de entonces que empezaron a despoblarse», afirmó.

De aquel momento son los restos que ahora se conocen como el complejo episcopal, el corazón de la Córdoba del primer cristianismo, y sobre el que después se estableció la Mezquita de los omeyas. Y así ha sido hasta no hace tanto, en términos históricos: hasta que en el siglo XIX la llegada del ferrocarril desplazó de nuevo el centro de la ciudad hacia el norte, hacia donde está ahora. «Se urbaniza de nuevo desde una perspectiva podríamos decir que burguesa», concluyó.

En la zona sur estaba el centro del poder en el final de la época tardoantigua y por eso los omeyas, cuando establecieron su capital en Córdoba, se quedaron en el solar en que estuvo el complejo episcopal y, según algunas fuentes árabes, también la basílica de San Vicente.

De ese momento, y de la relación con el urbanismo, queda el enigma de la orientación del edificio, de una mezquita que mira al sur y no hacia el sureste, hacia La Meca, como era preceptivo en las salas musulmanas de oración.

Es algo que se ha estudiado mucho, pero el profesor dio la respuesta: la orientación no es sólo mihrab, la zona que ahora estar al sur, sino también el muro de quibla, «y el muro de quibla tiene una extensión mayor». Lo había dicho el profesor Fernando Valdés en otra de las conferencias, cuando se fijó en la época de Alhakén II, que hizo la última ampliación hacia el sur, hacia el lugar en que no podía crecer más porque estaba el Guadalquivir y el puerto fluvial.

«Fue entonces cuando se definió la orientación canónica de la Mezquita Aljama ya se dijo que no había más discusión», dijo. Se aceptó entonces sin problemas porque la orientación no es del todo hacia el sur. «Son unos 155 grados hacia el sur, pero el muro de quibla es un desarrollo que también hacia el este», resumió.

Los resultados de la excavación que se realizó desde 2020, y que han dado unos resultados con tanta repercusión mundial, no se agotarán ahí. El investigador principal, junto con Alberto León, del grupo de Deiure aseguró que en los próximos meses, y siempre de común acuerdo con el Cabildo Catedral como titular del monumento, se hará una exposición itinerante con algunas de las piezas encontradas y también con material audiovisual sobre lo que apareció en el Patio de los Naranjos, y que, en esta primera fase, se centró en el análisis de lo que ya había exhumado en el siglo XX el arquitecto Félix Hernández.

Otro punto interesante, aunque a más a largo plazo, es que Córdoba el XIX Congreso Internacional de Arqueología Cristiana, una cita que se tiene que celebrar en el plazo de un lustro, y que tiene que poner en común con la comunidad internacional el resultado de los trabajos que ya se hicieron y de los que tienen que comenzar, que estudiarán la Córdoba preislámica más allá de la búsqueda de la basílica de San Vicente y la controversia sobre su ubicación y hasta su misma existencia.

El profesor Alberto León defendió la candidatura de Córdoba en el último congreso, que se celebró hace pocas semanas en Belgrado, y la presencia de los grandes expertos internacionales servirá para dar una mejor difusión a unos hallazgos que, como había expuesto José Antonio Garriguet en su ponencia, ya habían despertado notable expectación.