La autenticidad e integridad de la Mezquita-Catedral de Córdoba: los expertos defienden verla como «un todo integrado»

Ese uso que ha permitido abrirla y mantenerla todos los días es fundamentalmente religioso, como se puso de manifiesto en la jornada de estudio y divulgación que el Cabildo Catedral celebra este lunes, con motivo de los 40 años de la declaración como Patrimonio de la Humanidad.

La conferencia inaugural estuvo a cargo de Auxiliadora Llamas, directora en España de la Organización Internacional de Museos y Conservadores de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés), que insistió precisamente en la conservación gracias al uso como clave fundamental.

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«Todos sabemos que si los edificios se abandonan tienen unas pérdidas patrimoniales importantísimas, pero el Cabildo realiza una serie de actividades, sea con uso litúrgico, cultural o turístico», y eso, afirmó Auxiliadora Llamas, pone en valor «la importancia de los valores universal de autenticidad e integridad», que se mantienen. Es importante porque el sello de Patrimonio de la Humanidad hay que conservarlo.

En este tiempo se han hecho muchas acciones de restauración y se fijó en las que se hicieron a partir del siglo XIX, que eliminaron elementos añadidos para dejar a la vista lo original del conjunto, la arquitectura islámica primitiva.

En la declaración de la Unesco pesan muchos factores, y el principal es «la yuxtaposición de culturas», que se han ido sucediendo sin alterar de forma sustancial la concepción del monumento. «Esto es a nivel mundial y se tiene que conservar por toda la ciudadanía», resaltó.

Por eso son importantes los criterios de «autenticidad y de integridad», y a eso se ha llegado por el uso, al igual que por las actuaciones que de forma regular han ido conservando los distintos elementos y encontrando algunos de los que permanecían ocultos tras intervenciones posteriores.

Auxiliadora Llamas insistió en los logros arquitectónicos con que cuenta el monumento ya desde el primer momento, como es la altura, conseguida a través de la doble arcada que se inspira en el acueducto de los Milagros, que está en Mérida, y luego con el capitel de avispero y la bóveda de crucería para sustentar los techos.

Todos esos logros lograron la belleza que la Mezquita-Catedral ha conservado en este tiempo haya sido también muy influyente en el arte islámico occidental, donde esas técnicas se han mantenido. También se ha enriquecido, porque, como recordó Auxiliadora Llamas, «la historia del edificio es también la historia de sus transformaciones».

Si la Mezquita-Catedral es una obra única es por ser «un monumento religioso configurado por las distintas culturas», y por eso es necesario mirarlo «como un todo integrado, mucho más complejo que la suma de sus partes». «Nos alejaremos de la autenticidad si vemos sus elementos aislados», insistió.

Todo esos «cambios históricos que lo han enriquecido como algo único y excepcional» han llegado por el uso, fundamentalmente religioso a lo largo de los siglos, pero también ahora cultural y turístico, con muchas actividades, manifestó la directora de ICOM en España, que resaltó todas sus etapas constructivas, desde Abderramán I a la creación del crucero en el siglo XVI, donde defendió el criterio de Hernán Ruiz.

Fue la primera conferencia tras una inauguración en la que el alcalde de Córdoba, José María Bellido, ensalzó el trabajo que se realiza en el monumento. «Somos testigos de cómo se lleva a cabo y de su integración en la vida de la ciudad, porque la Mezquita-Catedral es el alma de Córdoba», dijo.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dio algunas cifras: el pasado sábado 2 de noviembre 12.000 personas visitaron el monumento, y eso es fruto, aseguró, del trabajo del Cabildo y de los profesionales que mantienen sus valores visibles.