El encargado de un rebaño de casi 800 ovejas se enfrenta a prisión por dejar morir a la mitad sin agua ni comida

Un juzgado de lo Penal de la capital cordobesa será encargado de sentar en el banquillo a este acusado que tenía cedida la explotación de ganado de una finca en el norte de la provincia. Según consta en el relato de los hechos del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso ABC, «con ocasión de diferentes inspecciones llevadas a cabo a partir del 30 de enero de 2023 pudo constatarse cómo existía un número indeterminado de cadáveres y huesos de ovino repartidos por toda la extensión de terreno así como en el interior de las naves situadas en el interior de la explotación, recogiéndose un total de 75 crotales y bolos de identificación animal, apreciándose uno moribundo sin haber recibido atención veterinaria y algunos caquécticos, estando la mayoría de los presentes desnutridos ante la presencia de falta de lana, síntoma de emaciación y falta de alimento«.

El censo a fecha de 31 de enero de 2023 era de 786 ovinos y una cabra mayor de doce meses. Un día más tarde, el 2 de febrero, en una inspección no se apreció agua a disposición del ganado a pesar de contar con bebedero en las instalaciones, el cual estaba vacío.

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Pilar García Baquero

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Del conteo de los animales presentes resultó un total de 499 ovinos y una cabra mayor e doce meses, existiendo por tanto una falta de 287 animales respecto al, la cual no se justificó a requerimiento de los Servicios veterinarios Oficiales.

Debido al estado avanzado de descomposición de los cadáveres y a la multitud de restos óseos esparcidos en la explotación y fuera de ella no se pudo determinar el número exacto de animales faltantes. En una inspección posterior de fecha apenas 15 días después del primer recuento se pudo determinar una contable diferencia en cuanto al número de animales respecto al censo de 31 de enero, en total 407 ovinos adultos de los cuales no existe notificación a la autoridad competente de su estado.

Se pudo comprobar también, según este mismo escrito de acusación, que el estado de carnes de los animales era deficitario indicando la necesidad de atención veterinaria urgente de los animales. No se detectó en el momento de la inspección aporte suplementario de alimento ni agua en las instalaciones de aguardo del ganado y se apreciaron cadáveres apilados en la explotación.

Apenas un mes más tarde, el 17 de marzo, tras varios requerimientos al acusado para reagrupar al rebaño, se procedió a girar nueva inspección contándose una cabra mayor de 12 meses, 338 ovinos. Constan en ese momento cinco animales en estado desaparecido, destacando que en el censo de cada inspección continúa disminuyendo el número de animales respecto al presentado, en relación al comunicado en enero sin justificación ni comunicación a la Oficina Comarcal Agraria.

De las labores inspectoras pudo determinarse, a juicio del fiscal, que el acusado tenía pleno conocimiento de la alta mortalidad que estaba padeciendo su rebaño por falta de cualquier tipo de cuidado, falta de alimentos y agua, falta de asistencia veterinaria, falta de condiciones de higiene sanitaria en orden a la retirada y eliminación de los animales fallecidos, que fue determinante en la alta mortandad de incontables animales.