Emacsa encarga los proyectos de las depuradoras de residuales de Trassierra y Las Jaras

La ejecución concreta de estos proyectos de EDAR se realizarán con dinero de la Junta de Andalucía. El Consistorio y el Gobierno andaluz han pactado ya el desarrollo de estas actuaciones en el marco de convenios de inversión que se financiarán con las fuentes de financiación autonómicas en materia de agua.

El caso de Las Jaras es conocido por los problemas de abastecimiento pero la depuración supone un problema serio por el que el Ayuntamiento de Córdoba ha tenido que hacer frente a sanciones de la Confederación Hidrográfica por vertidos sin control al arroyo Don Lucas y al embalse artificial de La Encantada, que es de donde se toma el agua.

El Consistorio realizó una auditoría sobre la el estado de la infraestructura y determinó que, actualmente, no hay depuradora de aguas residuales activa. Eso quiere decir que los vertidos se hacen al cauce del arroyo sin tratamiento químico o físico. En Las Jaras hay contabilizadas unas 225 parcelas de suelo que es perfectamente legal.

Noticia Relacionada

Emacsa quiere invertir 543 millones en diez años en el servicio de aguas de Córdoba

Rafael Ruiz

El uso de aguas regeneradas, con los límites del Plan Hidrológico, se convierten en la estrella de una propuesta sin incidencia en tarifas

El Ayuntamiento de Córdoba y la Junta trabajan en un proyecto para conectar Las Jaras con la red general por medio de la vía de agua que subirá hasta Cerro Muriano. La depuración residual se efectuará por estas instalaciones y por la agrupación de vertidos (alcantarillado, colectores, etcétera) que también va a tener que diseñar Aquatec en los próximos meses. El proyecto incluye una estación de bombeo de residuales, conocida por sus siglas EBAR. La activación del suministro del agua de Las Jaras y su normalización total aún deben de estar varios años en gestión.

El caso de la depuradora de Trassierra es también complicado porque el Ayuntamiento tuvo que desistir del primer proyecto que estaba montado a finales de los noventa. La Consejería de Medio Ambiente, con todo preparado, decidió que no se podía usar el arroyo La Yueca.

Emacsa inició una serie de estudios que pretendían buscar la fórmula alternativa que hiciese menos daño. Se intentó la conexión con la EDAR de La Golondrina para no tener que realizar una depuradora de residuales en pleno paraje natural mientras se efectuaba una provisional para minimizar los impactos en el arroyo El Molino. Los sucesivos proyectos se encontraron también con el problema de que había que horadar suelo protegido de Medina Azahara.

La decisión definitiva ha sido la de construir una depuradora de residuales que se apoye en el Guadiato. Se volvía al punto de origen. En vez de construir una gran tubería que conectase Trassierra con La Golondrina se optaba por la depuración en origen. El proyecto para acabar con el problema es de interés de la comunidad autónoma desde hace catorce años. La iniciativa global incluye enviar agua desde Córdoba por medio de una tubería que irá en un trazado paralelo a la de la carretera de Santa María de Trassierra.