desde mi rincón
«Dañinas facciones»
Una vez más, la división social es usada por los tiranos para calmar sus miedos y satisfacer su ambición de poder y egoísmo personal
Producir y conservar
Los sinsentidos
Nada inventó el expresidente Zapatero cuando en vísperas de unas elecciones le dijo al periodista Iñaki Gabilondo: «Nos conviene que haya tensión». Pensaba egoístamente en su interés, sin importarle nada las consecuencias de la violencia. Tampoco han descubierto nada los actuales responsables del gobierno ... de España cuando de forma cansina y borreguil, siembran polémica en la oposición, descalificando como fascistoide cualquier acuerdo entre los diferentes grupos. Fue el romano y dictador vitalicio (dictator perpetuo) Julio Cesar, el que usó el «divide y vencerás» como sistema de mantener el poder, impidiendo la unión o acuerdo de los grupos políticos más pequeños. ¿Por qué digo esto?
Hace 2.000 años un buen hombre llamado Jesús marchó con sus amigos a Jerusalén a celebrar la fiesta de la Pascua Judía. Tenía un carisma especial. Era querido y respetado por mucha gente. Pero esa su fuerza, nada violenta, generaba envidia y recelo en los poderos, que temían que pudiera usarla para arrebatarles el poder.
A la Pascua judía acudían ciudadanos procedentes de Galilea, Samaria y Judea. Jesús, pertenecía a la tribu de Judá. En los samaritanos existía un cierto rencor y rechazo hacia el resto de sus vecinos. Era algo irracional e histórico que carecía de sentido. ¡Pero existía! Pues ese rencor fue usado por los responsables de la asamblea político-religioso llamada Sanedrín que consideraban blasfemo a Jesús.
Movilizaron a los samaritanos para que pidieran a Pilatos la muerte para aquel inocente al que los de Judea habían recibido con palmas y gritos de júbilo. ¡Y lo consiguieron! Una vez más, la división social es usada por los tiranos para calmar sus miedos y satisfacer su ambición de poder y egoísmo personal. Pienso que fue así como ocurrieron las cosas. Si no fue así, así pudo ser.
La ambición desordenada y los miedos llevan al poderoso a provocar la desunión y enfrentamiento del pueblo. En la Biblia (Mateo 12:25) Jesús dijo que «todo reino dividido en facciones será desolado». Donde no hay armonía, las consecuencias son la miseria y la tragedia. ¡No deberíamos olvidarlo!
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