David Dorado, de los lobos a Comisaría

Nada hacía indicar que el 'golden boy' de Ciudadanos acabase su segundo mandato de esta manera. Dorado -con estudios de ingeniero técnico industrial y experiencia en el campo de la obra civil- se presentó por primera vez a las elecciones como número dos de José Luis Vilches en los estadios iniciales de la fuerza naranja, antes de que sucediese la gran debacle. Aunque Isabel Ambrosio y la mayoría de izquierdas prácticamente no le dieron sitio a Ciudadanos, Dorado logró resistir y conocer los entresijos de la casa. En un partido político como el que fue suyo, donde la experiencia política se contaba con los dedos de una mano, eso lo colocó en una posición inmejorable para el siguiente mandato.

Dorado volvió al número dos de la lista en las pasadas elecciones, esta vez, con la vitola del que sabe de qué va la cosa. Se le encomendaron áreas de alto presupuesto: Infraestructuras y Sadeco. La primera área, responsable de las obras de mantenimiento de la ciudad. La empresa pública, la que tiene la plantilla más numerosa de todo el sector público.

Aunque ahora cueste creerlo, Dorado fue de los concejales de Cs con mejor relación con la parte popular. De hecho, si había alguien que se veía con futuro en el Partido Popular era él. Todo se quebró el día que la fallecida Amparo Pernichi, de IU, destapó el supuesto fraccionamiento de contratos en el alumbrado de la avenida de Libia: el origen de todo.

Dorado peleó hasta el último momento para volver liderando la manada. Su partido, en primer lugar, optó por mantenerlo como concejal hasta que su número dos en el área fue imputada. Siguió como portavoz de Ciudadanos de forma más simbólica hasta que, en septiembre de este año, optó por pasar al antiguo grupo mixto, volver a la actividad docente y mantener la pelea de la que culpa directamente al alcalde. La justicia tiene la palabra.